jueves 19 de septiembre de 2013, 13:59h
Siria siempre ha sido una encrucijada enredada en las rutas de la
seda, la mirra, el incienso y las religiones; allí quedó deslumbrado San Pablo
camino de Damasco. Siria bendita como caravanserai y maldita como campo de
batalla desde los hurritas y los asirios hasta los bizantinos y los cruzados
pasando por los romanos y los partos. En las tierras sirias se superponen todos
los estratos de la civilización arrasados una y otra vez por las guerras de los
hombres.
En la degollina actual se solapan también varios niveles los unos
sobre los otros encarnizando la matanza. Hay una guerra de demócratas contra el
déspota de Damasco iniciada al calor de las primaveras árabes y también otra
guerra de religión entre fanáticos suníes contra alauitas, cristianos e
integristas chiíes tan despiadada como aquella de los 30 años en Europa entre
católicos y protestantes.
A esas dos guerras civiles en Siria a cuyos lelilíes acuden guerreros
con vocación de mártires desde todos los confines del Islam se suman otros dos
conflictos geoestratégicos al modo del "Gran Juego" planteado en Asia Central a
finales del siglo XIX, cuando enfrentaba entre sí a otros codiciosos
imperialismos.
Por un lado la amenazadora nuclearización de Irán, la bestia negra de
Arabia Saudí, Israel y los Estados Unidos. Siria, aliada con Irán y con Rusia
es la mejor ruta aérea si los israelíes quisieran bombardear las instalaciones
nucleares iraníes, pero las sofisticadas armas antiaéreas y los radares de
Damasco son un serio inconveniente; resuelto si los EE.UU. devastan esos nudos
gordianos con sus Tomahawks y sus drones. Un regalo para los saudíes y los
turcos, rivales de Teherán por la hegemonía en la zona y otro para Israel por
el mismo precio. Cortesía del capo di tutti capi en Washington.
Pero aun hay otra guerra superpuesta a las anteriores. Más insidiosa
por implicar al Gran Dinero, al Baal de oro cuyos restos esparció Moisés por
esas arideces. En 2009 El emir qatarí Sheikh
Hamad bin Khalifa Al Thani hizo a Assad una oferta "que no podía rechazar" para
firmar un contrato con Qatar, el mayor exportador de gas del mundo. El qatarí pretendía
llegar a un acuerdo para construir un gaseoducto a través de Arabia Saudí, Jordania,
Siria y Turquía, enlazando sus conductos con el proyecto llamado "Nabucco",
llevando así el gas al sur de Europa a través de Austria. Pero Assad se negó protegiendo los intereses
de su mejor aliado, Moscú, detentador de un cuasi monopolio de suministro de
gas a buena parte de Europa a través de Gazprom.
Meses después Assad encontró al despertarse una cabeza de caballo
manchando de sangre su almohada. La rebelión había comenzado.
Aun así, Assad no se arrugó. En lugar de plegarse a los intereses de
Qatar y Turquía, buenos aliados de los estadounidenses, Assad abrió unas
negociaciones para invertir diez mil millones de dólares en un gaseoducto
alternativo para exportar el gas de Irán a través de Irak, Siria y Líbano para
seguir bajo el Mediterráneo burlando a los turcos. El Memorándum de Acuerdo
(MoU) fue firmado hace algo más de un año, en julio de 2012, mientras la guerra
civil se extendía a Damasco y Alepo, y poco después Irak firmaba un acuerdo
marco para la construcción del gaseoducto desde Irán. Eso enfureció aun más a
las élites de Qatar, Arabia Saudí y Jordania. También a Turquía, ansiosa por
disponer de una llave con la cual pudiera apretar las tuercas a una Unión
Europea reacia a su ingreso.
La guerra entre los rebeldes sirios y el gobierno de Assad se centra en las ciudades de Homs, Alepo y
Damasco, puntos de la ruta por donde debería pasar el gaseoducto propuesto por
Qatar, cuyo Emir se ha convertido, tal vez no por casualidad en el principal
recurso financiero de las milicias y yihadistas en cuyas arcas ha depositado ya
más de tres mil millones de dólares.
De momento el farol de Obama, The Big Boss, amenazando con los ataques
aéreos parece haber impresionado a Assad tanto como al nuevo presidente iraní,
Hassan Rouhani, a quien también le duelen las sanciones y el aislamiento
económico. El sirio se muestra dispuesto a destruir su arsenal de armas
químicas con gran satisfacción de Israel, y el iraní está multiplicando los
gestos conciliadores con Occidente, liberando de la cárcel a varios presos
políticos y a la principal activista por los Derechos Humanos en Irán, Nasrin Sotoudeh.
Incluso el Ayatola Alí Khamenei, supremo líder religioso ha dado licencia a
Rouhani para establecer negociaciones directas con Washington y tratar el
asunto nuclear, y Rouhani acaba de dar su palabra; no desarrollará armas
nucleares.
¿Quién sabe? Tal vez Assad siga en el poder y se construyan los dos
gaseoductos sobre los cadáveres de más de cien mil sirios, pero Putin y sus
"consiglieri" deberán ser compensados de alguna manera por Qatar considerando
el lucro cesante de Gazprom.
Los emires saben ser agradecidos cuando se desenredan las rutas del
dinero y ya no hay que romperle las piernas a nadie ni ponerle unos zapatos de
hormigón antes de invitarle a un baño en el Golfo Arábigo. O Pérsico.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (2)
23856 | B T-M - 20/09/2013 @ 11:58:59 (GMT+1)
Muchas gracias, señor Kroker, por su comentario. No parece casualidad que sean los territorios con mayor renta que su entorno los más independentistas, desde la Padania en Italia a Gibraltar, Euskadi o Cataluña en la Península. O el Valle de Arán dentro de Cataluña. Si en el caso de Siria debemos seguir la pista del dinero con los nacionalismos también.
23853 | kroker - 20/09/2013 @ 10:15:59 (GMT+1)
Decía Federico II de Prusia, que desde el momento en que los soldados empezaran a pensar, desparecían los ejércitos. Sin salirnos de la época, el estratega Von Clausewitz, afirmaba que la guerra es la continuación de la política por otros medios. Haciendo una síntesis de ambas tesis, en Siria se hace política a golpe de misil y gas sarín, y la peña no tiene cerebro, o por lo menos no lo usa.
Decía Carl Marx, que la religión es el opio del pueblo, acertada frase para explicar la manipulación de los ciudadanos por la religión, como forma de dominación. En nombre de dios, se puede tanto degollar a un niño, como matar o cometer las mayores atrocidades, siempre tendremos a los clérigos dispuestos a bendecir tamaña "proeza".
No puedo finalizar, sin dedicar un par de frases a esas personas que desde Cataluña fomentan el odio, y puede que algo más, hacia el resto de los ciudadanos. Decía Samuel Johnson, que el patriotismo es el último refugio de los canallas, y Oscar Wilde, el patriotismo es la virtud de los depravados. Patriotismo es lo que enarbolan los nacionalistas para justificar cualquier cosa. La religión, la patria el pueblo, son las excusas, el dinero es la causa última, y el dinero y/o poder, es lo que ha movido la política desde siempre. Que cada uno saque sus conclusiones, el Mediterráneo esta descubierto hace mucho.
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