Las
actividades maliciosas a través de Internet son cada vez más abundantes;
ciberespionaje, ciberdelitos o intrusiones no deseadas en sistemas informáticos
son algunos de los ejemplos de lo que se está viviendo en la era de la
información y las tecnologías.
Hace
unos años, los 'hackers' eran unos pocos jóvenes que movidos por la búsqueda de
algún tipo de reconocimiento o mera diversión decidían inmiscuirse en sistemas
informáticos de empresas, instituciones o dónde su capacidad cibercriminalista
les condujera. Ahora, el patrón está cambiando, hoy en día existen verdaderas
organizaciones criminales cuyo único objetivo es entrar en las redes de
empresas, sean del tamaño que sean, gobiernos o instituciones para provocar auténticos
desastres informáticos, con los daños económicos y de reputación conllevan,
explican desde la
consultoría
tecnológica eZone.
Los
cibercriminales son conscientes de que la información se ha convertido en algo
de un valor incalculable llegando a ser el activo más importante de las
compañías. Según el estudio de McAfee
'Impacto Económico de la
Ciberdelincuencia y el Ciberespionaje', anualmente se producen unas pérdidas
mundiales de 600 000 millones. Más concretamente, se estima que EEUU pierde al
año unos 100.000 millones de dólares y hasta 508.000 empleos como resultado de
esta actividad delictiva.
A su
vez, la Estrategia de Seguridad Nacional de Inglaterra afirmó que los
ciberataques en empresas se han convertido en una de las mayores amenazas
dentro del país, en 2010 el gobierno perdió 3 mil millones de dólares, ahora
esta cifra se ha duplicado.
Debido
al creciente número de daños empresariales ocasionados de la mano de 'hackers'
los cálculos en pérdidas son millonarios. Se ha registrado que la mayoría de
delitos acaban desembocando en robos de capital intelectual o información
confidencial. Se estima que las empresas y gobiernos gastan un 7% de sus
presupuestos de TI en el área de seguridad informática. Para luchar contra esta
amenaza las bazas de las organizaciones son la formación del personal y la
inversión en sistemas de protección.
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