No
más especulaciones: el Gobierno cierra a la puerta a la posibilidad de un 'referéndum
pactado' en Cataluña y advierte que una 'escisión unilateral' tendría "consecuencias
nefastas" para Cataluña y España. Así lo ha dicho, categóricamente, el ministro
de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, quien ha apostado por
"buscar una fórmula" que permita a Cataluña "encajar" en
España a través de una reforma de la organización territorial, pero respetando la
unidad y con una revisión del modelo de financiación.
José Manuel García-Margallo
compareció en un desayuno informativo en Madrid en el que habló sin ambages de
las posibles
causas por las que el COI dio tan tremendo castigo en Buenos Aires
a la candidatura española para los juegos olímpicos de 2020. Pero también
abordó otros aspectos de la política nacional, como el órdago catalán que se
hará visible este 11 de septiembre en la Diada.
Con
un lenguaje claro y contundente -como suele tener el ministro- García-Margallo dejó
claro que "no es posible un referéndum pactado" en Cataluña y que una
escisión sólo podría realizarse por una declaración unilateral de
independencia, lo que supondría la salida inmediata de Cataluña de la Unión
Europea.
"El
'adeu' a España es el 'adeu' a la Unión Europea", ha advertido el ministro
unas horas antes de que una cadena humana, convocada por ERC y CiU, reivindique
una Cataluña independiente. Y aún ha dicho más: "No cabe una escisión pactada
[no con la Constitución en la mano]; sería una declaración unilateral de
independencia que tendría consecuencias nefastas no sólo para España, sino
también para Cataluña".
Esas
'consecuencias nefastas' se refieren, entre otras cosas, a que Europa rechazaría
a Cataluña, y puso como ejemplo el caso de Kosovo, para el que cinco Estados
comunitarios imponen un veto para su adhesión.
Para
el ministro, cerrada como está constitucionalmente la puerta de la
independencia, lo que hay que buscar es una fórmula de encaje de Cataluña en el
conjunto nacional, y para ello "tenemos que buscar una solución al problema de
la financiación autonómica", que sería el punto en el que se encontraran ahora
Mariano Rajoy y
Artur Mas en sus contactos 'secretos'.
En
ese punto, el ministro expresó el sentir del actual Gobierno, afirmando que "probablemente
haya que revisar a la luz de las circunstancias cambiantes cuál es la
organización territorial respetando siempre el artículo 2 de la
Constitución", un artículo que establece la "indisoluble unidad de la
Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles".
Para
ello sería necesario -según abundó el ministro- cambiar primero el sistema
fiscal, para que, una vez cambiado, "encajar los sistemas de financiación de
todos los actores de la vida pública: la administración central, las
comunidades autónomas las corporaciones locales y la Seguridad Social".
En
ese contexto, García-Margallo se refirió a los actos de la Diada de este 11 de
septiembre señalando que la cadena humana prevista es una "manifestación
clara" de que en España existe libertad de expresión, lo que también
cierra la puerta a ejercer el derecho de autodeterminación por vulneración de
los derechos humanos.
Trabajar
aún más por la 'Marca España'Por
otro lado, García-Margallo enjuició el "fracaso relativo" de Madrid
2020, señalando que ello demuestra que la Marca España "es más necesaria
que nunca" y que "hay que hacer un esfuerzo para retomar la
imagen" del país.
"Es
un fracaso relativo, pero compitiendo en la cumbre", aseguró el jefe de la
diplomacia española, quien contrapuso la "buena noticia" recibida en
la Cumbre del G20 en San Petersburgo (Rusia) con el "reconocimiento"
a las reformas económicas del Gobierno con las "malas noticias"
llegadas desde Buenos Aires al no resultar elegida Madrid como sede de los
Juegos Olímpicos.