Y
después de llorar -he visto lágrimas- por no ser sede Olímpica, vienen las
reflexiones por esa derrota-frustración. ¿No tenemos peso en el
Comité Olímpico, en el concierto de las naciones? Pues no, no tenemos peso alguno
porque... ¡la tierra no es de nadie, solamente del viento! (sic dixit Zapatero)
¿Si
hicieron las cosas mal? Es posible, pero no lo parece ¿Peso la sombra del
dopaje? También es posible, pero tampoco lo parece. ¿Por qué esa amarga
derrota? Que opinen los expertos. Me quedo con dos cosas: Tokio-Japón es nación
poderosa económicamente; Estambul-Turquía es un sueño del encuentro
Oriente-Occidente, un sueño que destrozan con fuerza los radicalismos.
¡Adiós,
Madrid-España, como sede de unas Olimpiadas! Pero...tuve la sensación de que si
los españoles -comenzando, por supuesto, por sus líderes- unimos esfuerzos e
ilusiones, este país, nuestro país, al menos el mío, puede salir adelante. Para
ello hay que ilusionarlo con proyectos de convivencia y prosperidad reales y
factibles. Para ello los líderes tienen que unir esfuerzos y ser conscientes, a
pesar de las lógicas diferencias, de que son líderes para una nación y no para
un grupúsculo, grupo, partido, o si mismos.
¿Por
qué no remar todos al unísono? ¿Por qué no ser conscientes los remeros que
quien gana la regata es la embarcación-equipo y no este o aquel remero? ¿Por
qué no ser conscientes de que la época de los Reinos de Taifas es el pasado muy
pasado? "Juntos podemos" es lema bien conocido, pero poco vivido. Y... ¡juntos
podemos! Y no me estoy refiriendo a unas Olimpiadas, sino a acabar con el paro
y la pobreza, con la corrupción y la mezquindad en la política.
Si
"juntos podemos"... ¡manos a la obra, que son muchos los conciudadanos que pasan
hambre!