Así te despedía cuando
coincidías con él en una tertulia de radio, o en la calle -que últimamente
ya no frecuentaba-o en cualquier sarao periodístico: "adiós,
hermoso". Su voz, vozarrón, inconfundible te envolvía.
Manolo Martín
Ferrand. No puedo presumir de haber sido un íntimo amigo suyo, pero sí, desde
luego, un admirador. Un periodista de verdad, de larga trayectoria -era uno
de los pocos que quedan que hubiese sobrevivido a los tiempos duros del
franquismo, donde él estaba considerado un disidente, casi "un comunista",
lo que obviamente distaba mucho de la verdad--. Todavía un principiante en esto
del mundillo informativo, la talla de Martín Ferrand se me reveló de golpe,
cuando estaba él presentando un Telediario y, de pronto, la pantalla cambió de
luz: "vaya, ha reventado un foco", dijo él, con toda la calma del
mundo, y siguió dando las noticias. Así fue siempre: hacía ese periodismo que
consiste en contar y analizar lo que pasa, no en inventarse la realidad o dar
consejos al que manda.
Podías estar o no de acuerdo
con él -y muchas veces discrepábamos en tertulias--, pero lo que él decía
merecía siempre respeto, porque estaba basado en lo que había, no en lo que él
deseaba que hubiese. Su trayectoria se caracterizó alguna vez por su lucha contra
esos poderes que impedían que brillase la libertad de expresión, y él la
ejerció como los grandes: como le daba la gana, sin cortapisas ni elogios o
descalificaciones inmerecidos para las personas a las que se refería. Últimamente
se mostraba, desde las columnas de un periódico poco crítico con el actual
Gobierno, muy duro con
Mariano Rajoy. Pero ese carácter implacable, enfundado
en sus cordiales maneras galaicas, lo dirigió hacia todos los ángulos cuando él
creía que tocaba. Era uno de los pocos a los que había que leer casi
obligatoriamente cuando algo suyo se publicaba: sabía lo que decía. Por todo esto
seguía interesando su voz -"adiós, hermoso"-tras cincuenta
años de haber ejercido el periodismo en todas las trincheras, algunas nada
cómodas. Era nada más y nada menos que todo un periodista y se notará, ya se
está notando, su ausencia.
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Fallece el periodista Manuel Martín Ferrand a los 72 años