Viejas generaciones del PP
miércoles 21 de agosto de 2013, 16:39h
Varios dirigentes de las Nuevas
Generaciones del Partido Popular, e incluso algún cargo público de la
dicha filial del partido de Rajoy, han dado éste verano en destapar el
tarro de las esencias fascistas. Unos, fotografiándose haciendo el
saludo a la romana, ese que simboliza la locura exterminadora que asoló
en el siglo XX España, Europa y el mundo; otros, lamentando públicamente
la muerte de Franco; otros, rindiendo culto a la bandera de la gallina
(en la mili al aguilucho imperial le llamábamos así, la gallina), y
otros, en fin, descojonándose de la desgracia de los estafados por las
Preferentes, que no es otra, por cierto, que la de haber caído en un
país en el que, por no haberse podido desembarazar de la radical
corrupción del franquismo, no parece existir la decencia política ni la
seguridad jurídica. Diríase que esos chicos creen pertenecer, más que a
las NN.GG. del PP, al viejo Frente de Juventudes.
Algunos mayores del PP, que no adultos en sentido alguno, han
calificado semejantes expresiones de "chiquilladas". Debe haber algo
más: yo tengo chiquillos, y a ninguno se le ha ocurrido ni se le
ocurriría jamás hacer apología del delito, ni adscribirse simbólicamente
a golpistas, ni a tiranos, ni a los ejecutores del Holocausto.
Chiquilladas. A esos responsables levantinos del PP que califican así
esos graves y repetidos insultos a España y a los españoles les parece,
en efecto, que son chiquilladas, con lo que también ellos se describen
perfectamente, descarnadamente, descabelladamente. A quienes hemos
vivido y padecido la ominosa, cruel y estúpida dictadura franquista, y
pese a ello merecemos la consideración de personas sanas y normales,
aunque no normales como Rajoy ciertamente, lo de éstos pollos de las
viejas generaciones redivivas no nos parecen chiquilladas, sino el
producto de una insania de la que el partido de Rajoy, que para colmo
gobierna, debiera haberse curado hace mucho tiempo.
Que los autores de esas "chiquilladas" no representan a la mayoría
de los militantes de las NN.GG. sólo podría establecerse mediante el
correctivo interno al que se han hecho acreedores. Ya que no lo han
hecho los viejos del partido, háganlo los jóvenes, siquiera para eso,
para seguir siendo jóvenes.