martes 13 de agosto de 2013, 18:04h
Gibraltar se ha convertido en la
habitual serpiente de verano informativa que los medios de comunicación, en
este caso con mucha razón, estiran cada periodo estival para sobrellevar el
escaso flujo informativo de estas fechas. Es cierto que este año, el flujo no
ha mermado tanto como era habitual debido, principalmente, a los inaceptables
casos de supuesta corrupción.
En la polémica con el Peñón nos encontramos con
una situación tensa entre dos gobiernos socios en la UE y aliados en la OTAN
provocada por las ambiciones desmedidas del ministro principal de Gibraltar,
Fabián Picardo. El problema es que la acción intolerable de ganar terreno que
no está cedido por el Tratado de Utrech y, sobre todo, la colocación de bloques
de hormigón en aguas donde faenan pesqueros españoles para impedir su actividad
y cambiar el ecosistema de la zona está desviándose hacia los controles que
ejercen las autoridades españolas en el paso de la frontera.
Londres amenaza
con tomar medidas por estos controles que causan notables retrasos en la salida
del Peñón por considerarlos una represalia política y administrativamente
desproporcionados. Madrid responde que esos controles son irrenunciables para
evitar algunas irregularidades con el tráfico de tabaco y otros productos mucho
más baratos en Gibraltar por aplicar la mitad de impuestos. Se eleva el tono
británico al manifestar que las medidas a tomar serán sin precedentes entre dos
socios de la Unión Europea mientras la actitud española mantiene sus razones
claras de evitar el fraude a la Hacienda española de unos ciudadanos
gibraltareños que son británicos para trabajar y cotizar en la colonia pero que
por la tarde se van a sus casas estupendas en territorio español sin pagar
impuestos en España.
No es nada nuevo, lo realmente actual, que no se puede
consentir, es la acción del ministro principal de la Roca de provocar esta
situación con los bloques de hormigón. Esa es la cuestión que tiene que centrar
la discusión para que sean retirados inmediatamente. Londres y Madrid deben
mantener una posición razonable sin caer
en los manejos interesados de un populista gibraltareño que incluso se ha
permitido utilizar unas maniobras navales británicas para defender sus
intereses particulares.
Periodista. Director de 'Atalayar, entre dos orillas'. Colaborador en diversos medios como Punto Radio, Onda Cero, COPE, El Independiente y Colpisa. Colaboro en COPE, Colpisa, TVE, RNE y Diariocritico. Es autor de libros como 'Casco azul soldado español' o 'Misión: Líbano'. También fue director de los estudios 'Cómo informar sobre infancia y violencia' y 'Cómo informar sobre violencia contra la mujer en las relaciones de pareja' en colaboración con el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.
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