Coincidencia en el castigo
miércoles 07 de agosto de 2013, 16:26h
Desde un formato tan poco serio como inusual,
su blog, el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Olli Rhen,
se suma al consejo del FMI de que los trabajadores españoles deben
bajar sus salarios un diez por ciento.
Cuando lo dijo Christine Lagarde ya saltaron las alarmas y más
cuando que la recomendación era producto de una fórmula empírica sacada
de unas hojas de cálculo. Ambos dirigentes económicos parecen haber
olvidado que los trabajadores españoles ya han visto recortados sus
salarios, primero por la vía de los despidos y después por la
congelación de los convenios colectivos.
Ni un blog, ni unas hojas de cálculo, son el mecanismo más
adecuado para imponer nuevos recortes a una población que lleva cargando
sobre sus espaldas con el mayor sufrimiento de una crisis que no ha
provocado. La merma de los salarios se ha venido produciendo desde 2007 y
en porcentajes que supera con creces ese diez por ciento que ahora
reclaman dos miembros de la troika.
Curiosamente, en sus recetas no se habla de ese préstamo que
hicieron a las entidades financieras españolas, llevadas a la quiebra
por el mangoneo de unos rectores colocados a dedo por los presidentes
autonómicos de turno, y que iba a servir para que fluyera el crédito.
El Gobierno de Mariano Rajoy ya ha reconocido que el "préstamo" se
ha convertido en "regalo" porque los españoles no recuperaremos jamás
ese dinero. El caso es que el crédito no llega a las medianas y pequeñas
empresas y así no se puede crear empleo, por mucho que los salarios
caigan al nivel de los años cincuenta del pasado siglo.
Resulta por otro lado sorprendente que se alabe, tanto desde el
FMI como desde la Comisión, los supuestos beneficios de la última
Reforma Laboral, cuando que sus previsiones hablan de que no creará
empleo hasta dentro de tres o cuatro años.
Entre sus incongruencias cabe citar también el mea culpa por los
devastadores efectos de su exigencia de recorte del déficit.
Resulta increíble que ahora recomienden añadir un castigo más a
una población harta de recortes de derechos, con seis millones de
parados, con la mayor desigualdad social alcanzada nunca, y con unas
expectativas de mejora tan etéreas como sus hojas de cálculo. ¿Sabe la
elegante Sra. Lagarde, que gana 325.000 euros netos, ya que se subió el
salario un 11% al poco de llegar al FMI, que en España ser "mileurista"
se ha convertido en un lujo al alcance de pocos? ¿Conoce el comisario
europeo que la desnutrición infantil comienza a ser un severo problema
en España, uno de los miembros de la euro zona?
Menos mal que en su desenfadado blog, que comienza con una
canción, se pone como ejemplo a Irlanda y a Letonia (países cuyo tamaño y
economía no tiene nada que ver con el nuestro) y no recomienda seguir
las pautas del mercado laboral chino tan admirado ahora por los nuevos
conversos del capitalismo galopante.
Lo malo, lo peor, es que si ya están de acuerdo dos de las tres
patas de la troika, pronto se sumará el BCE y Rajoy se verá "obligado" a
obedecer, dando una nueva vuelta de tuerca a las penosas condiciones
impuestas por la reforma laboral.