José
María Fonseca Moretón tenía la vida resuelta. Era funcionario del INEM y
responsable en Pontevedra de la formación profesional no reglada. Sin embargo,
su convicción de que el vino de O Rosal era una joya de la corona con un enorme
potencial, lo fue situando ante un desafío personal irrenunciable. Un desafío
como emprendedor. Porque a toda aquella riqueza natural había que darle una
fórmula nueva para que aflorase.
Su primera conclusión, al estudiar la
realidad del sector, fue que el obstáculo principal estaba en el minifundio.
Era necesario hacer algo que superase aquellos límites para alcanzar una cierta
dimensión. A él le interesaba con verdadera pasión O Rosal, zona de albariño, en
las Rías Baixas, y entró en contacto con algunos cosecheros.
En 1989 arrendaron
treinta hectáreas de monte comunal en Goián, y al año siguiente otras treinta
en Eiras. El objetivo de Fonseca Moretón era "poder hacer viticultura como Dios
manda". Para ello fundó las empresas Viñedos do Rosal S.A., que ahora preside, para
la explotación, y "Adegas de Eiras S.A.", para la transformación. Se opuso a
que fuesen cooperativas porque "en contra de lo que filosóficamente debiera ser
-dice-, las cooperativas acaban por funcionar de arriba abajo y no al revés, de
modo que, cuando falla la cabeza, decaen o se hunden". Así, en 1990
comercializó las primeras 37.500 botellas con uvas de O Rosal y el sello de
Terras Gauda, que pasaría a ser el nombre de la empresa que fusionaría las dos
anteriores.
"El nivel de las industrias de viveros
era entonces cero patatero -señala-, y tuvimos que buscar las mejores plantas autóctonas. Ahora tenemos
dos patentes de microorganismos y una de fermentación de manoproteínas. También
tenemos patentada una levadura autóctona. Ya con 500.000 kilos de uva, teníamos
que tener el mercado abierto. Fueron años durísimos. Nos apoyaron mucho SODIGA
(hoy XesGalicia) y los restaurantes del grupo Xantares (Toñi Vicente, Casa
Pardo, Chef Ribero, O Refuxio, Rotilio y otros). Por fin, en 1996-97 ya no
tuvimos que comprar nada fuera y el horizonte aparecía despejado".
- ¿Cuál fue el secreto de esos primeros
años?
José María Fonseca se ríe.
- Yo le decía entonces a mis socios:
"Lo único que tenéis que hacer es poner dinero, beber vino y hablar bien de él.
Los primeros años no me preguntéis nada más". Lo mejor que tiene esta empresa
es el capital humano. Para mí, son más importantes las personas que las ideas.
Adelante, pese a la crisis
- Y entonces llegó la crisis. ¿Cómo la
está afrontando Bodegas Terras Gauda?
- Con la única arma que hay: trabajo,
trabajo y trabajo. Profesionalidad, profesionalidad y profesionalidad. No hay
otra forma. El sector lo está pasando mal en el mercado nacional. Eso hace que se
multipliquen los esfuerzos, para menos rendimiento. Y las bodegas están
financiando a los agentes del mercado hasta donde pueden, para que no caigan
las cifras.
- ¿Y el mercado exterior? ¿Se está
portando bien?
- En el mercado de exportación estamos
triplicando los esfuerzos, sin olvidar las políticas de austeridad plena.
Cuando se hizo la bodega, hubo una filosofía de país, una filosofía
empresarial, huimos del aldeanismo y fijamos una vocación internacional.
Pensamos que lo mejor que podíamos hacer por el país, por la empresa, era
exportar cosas que veníamos haciendo desde que nacimos.
- ¿Y qué indican las cifras de esa
salida al exterior?
- Que los mercados más receptivos son
el estadounidense y los europeos (Inglaterra, Noruega, Suecia, Suiza, Alemania),
y también Rusia y China. China es un mercado muy complicado, con parámetros
distintos, pero muy interesante. Queremos entrar con vinos de calidad. Los
franceses nos llevan mucha ventaja, aunque a veces vendan humo, pero ahí
estamos.
- ¿De qué producción estamos hablando a
día de hoy en su empresa?
- 1.250.000 botellas de Terras Gauda,
250.000 de Abadía de San Campio, 130.000 de Pittacum y 60.000 de Quinta
Sardonia. De todo esto, se vende en el exterior el 20% de Terras Gauda y Abadía
de San Campio, el 47% de Pittacum y el 70% de Quinta Sardonia.
- ¿Qué consejo le daría usted a un
emprendedor que empezase en estos momentos de crisis?
- Que hagan suya la frase "Querer es
poder". Sigue siendo cierta también en la crisis. E incluso antes de querer, hay
que creer firmemente. Luego, hay que poner los medios para hacerlo y ser
siempre autocríticos. Ahí está la clave de la historia. Y si se añade un
complemento de originalidad, mejor.
[Pueden encontrar Bodegas Terras Gauda en la siguiente dirección web:
http://www.terrasgauda.com/]
[*]
Carlos G. Reigosa es escritor y periodista
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