El error de Pérez de Cobos
lunes 22 de julio de 2013, 16:34h
La verdad es que empieza a resultar insoportable ver a las principales
instituciones de nuestro país en entredicho por comportamientos, cuanto
menos discutibles, de quienes las representan. Desde la Jefatura del
Estado, pasando por la presidencia del Gobierno, los partidos políticos,
y ahora el Tribunal Constitucional, se puede decir que casi no hay
institución que no esté dando un espectáculo poco edificante.
Precisamente el escándalo que tiene como protagonista al
presidente del Tribunal Constitucional es otro salto cualitativo en esa
senda de deterioro de nuestras instituciones.
El señor Pérez de Cobos es un ilustre catedrático que militaba en
el PP como tantos otros catedráticos, médicos, bomberos, amas de casa, o
quienquiera puede hacer. Los partidos políticos son elementos
importantes de nuestra democracia, a través de los cuales los ciudadanos
elegimos a quienes queremos que nos representen. Por tanto no hay nada
que reprochar a quienes haciendo uso legítimo de su libertad militan en
un partido, !faltaría más!.
El problema no es por tanto que el señor Pérez de Cobos militara
en el PP, el problema es que lo continuó haciendo cuando fue elegido
magistrado del Tribunal Constitucional y no solo eso, sino que obvió
decírselo a sus señorías cuando compareció en sede parlamentaria para
pasar por el trámite en el que los candidatos a ocupar un puesto
institucional tienen obligación de comparecer en una de las dos Cámaras.
A estas alturas los ciudadanos no nos llevamos a engaños y sabemos
que en la mayoría de las ocasiones los partidos eligen para las
instituciones a personas que les son afines. En ocasiones, el político
además de afinidad política tiene prestigio profesional, otras
sencillamente es una persona de confianza del partido que le propone.
En el caso del señor Pérez de Cobos, propuesto por el PP, contaba
con el respeto y el visto bueno del resto de los partidos que le
consideraban una persona idónea para ocupar un puesto en el
Constitucional.
Si ahora mismo hacemos un repaso de los miembros del Tribunal, no
nos costaría más de un minuto decir por dónde respiran ideológicamente
cada uno, por eso, insisto, el problema no es que el señor Pérez de
Cobos sea un hombre del PP, el problema es que ha continuado siendo
militante de ese partido una vez elegido.
Las formas son una parte de la democracia, y eso es en lo que ha fallado el señor Pérez de Cobos.
Es evidente que el anterior presidente del Constitucional, Pascual
Salas, es un magistrado afín al PSOE, pero nunca ha tenido carnet.
Dirán ustedes que es pura hipocresía, que al final el resultado es el
mismo, pero insisto en que mantener las formas es esencial en
democracia. Recuerden lo que le dijo Julios Cesar a su propia esposa: la
mujer de Cesar no solo tiene que ser honesta sino parecerlo. Pues eso.