En los dos partidos creen que lo que está
ocurriendo perjudicar a ambos
Socialistas y populares abren vías para que Rajoy comparezca en septiembre por el caso Bárcenas
- Ni PP ni PSOE quieren que la agenda del Gobierno
y de la oposición la marque Pedro J. Ramírez
jueves 18 de julio de 2013, 13:36h
Socialistas y populares se están pasando 'recaditos'.
En ambas fuerzas políticas han surgido voces que, de forma interna y por
razones diametralmente opuestas, creen que es malo el nivel de enfrentamiento
que se ha producido y que celebrar una moción de censura en pleno mes de agosto
es una auténtica locura que, en todo caso, perjudica a ambos partidos. Los
mensajes que han empezado a cruzarse de forma tímida ambas formaciones van en
el sentido de ver 'cómo se arregla esto'.
Los populares están haciendo llegar al PSOE la idea
de que no puede el 'preso Luis Bárcenas' imponer la agenda política del país,
porque eso es malo para la democracia y sobre todo en la actual situación de
España. Pero también alegan que quien está moviendo los hilos de todo este
asunto es el director del diario El Mundo, Pedro José Ramírez, que está 'utilizando
al preso Bárcenas' para poner o quitar presidentes de Gobierno, y que eso no se
puede permitir.
Es una lectura que en conversaciones privadas -y sin
duda interesadas- están dando a conocer determinados líderes populares, que
coinciden con voces similares dentro del PSOE que no están de acuerdo con que
Alfredo Pérez Rubalcaba realice una moción de censura justamente en mitad del
verano.
En el PP reconocen que la moción de censura,
aunque la ganará Rajoy sin esfuerzo -para eso cuenta con mayoría absoluta y,
además, puede no comparecer siquiera-, quedará 'tocado', luego es mala para el
PP. Pero, sensu contrario, cada vez más sectores del PSOE entienden que no es
bueno ni para el partido ni para la imagen de Rubalcaba realizar una moción justamente
en verano, cuando la mayor parte de la gente está de vacaciones, y que, además,
desestabiliza España en un momento en el que nos jugamos la salida más rápida
de la crisis económica o que ésta se prolongue por más tiempo ante las
desconfianzas que la censura tendría en los mercados internacionales.
La cuestión está, no obstante, en que todo el
Parlamento -no sólo la izquierda- quiere que el presidente del Gobierno dé
explicaciones sobre las graves acusaciones que le ha lanzado el 'preso Luis
Bárcenas', que -dicen en el sector más marianistas del PP- ha sido utilizado
por el director de El Mundo, Pedro José Ramírez, para una peculiar y personal
vendetta. Así que en los círculos marianistas -que no en los círculos
aznaristas ni esperanzistas- quieren impedir a toda costa que sea Pedro Jota
quien imponga la agenda política no sólo de la oposición, sino también del
Gobierno.
La solución que a estos 'cerebros' del PP se les
ha ocurrido es que, sí, de acuerdo, que Mariano Rajoy comparezca en el
Parlamento, pero que lo haga en el mes de septiembre, y no obligado precisamente
por el director de un periódico. Ésta es la solución que se plantea de cara a
la reunión de la Diputación Permanente de la próxima semana, a la que se
debería acudir con un acuerdo entre PP y PSOE.
Para salvar el 'honor' de las dos partes, el
acuerdo se podría sostener en el hecho de que estamos en periodo estival y que
la comparecencia se produciría justo con se abra el periodo de sesiones. Así, Rajoy
afrontaría un Pleno ad hoc en los primeros días de septiembre.
La cuestión es saber si estos argumentos calarán
sobre todo en el núcleo más interno de Rubalcaba: al líder del PSOE no se le
escapa que, dado que la moción de censura es 'constructiva', es él mismo el que
se somete a análisis y no Rajoy, que incluso, si quiere, puede no asistir a
esas sesiones plenarias. Estos, y otros muy similares, son los argumentos que
se están manejando para llegar a un acuerdo que permita que se cumplan los
deseos de explicaciones sobre Bárcenas sin tener que recurrir a medidas
excepcionales.