En
definitiva, aún con el desacuerdo de algunos de sus 'barones'
territoriales, como el vasco,
Patxi López, o el castellano-manchego
Emiliano
García-Page, el líder socialista
Alfredo Pérez Rubalcaba no descarta cualquier
iniciativa política y parlamentaria para obligar a
Mariano Rajoy a dar la cara
y hacer frente a sus responsabilidades en el 'caso Gürtel',
'caso PP' o 'caso Bárcenas', sin descartar, al menos
oficialmente, la moción de censura como vía extrema para que Rajoy deje de
esconderse en su 'búnker' de la Moncloa y dé la cara en un
Parlamento democrático.
Ése
ha sido el eje central de Rubalcaba en la apertura de un Comité Federal
-máximo órgano socialista entre Congreso- que se inició con un mayor
retraso de lo habitual debido -de forma informal- a un último intento de
acercar postura con los catalanes del PSC para llevar a este órgano un
documento consensuado que establezca un nuevo protocolo entre ambas
formaciones. Un punto éste que viene revolviendo las relaciones entre PSC y
PSOE durante demasiado tiempo y que parece, a tenor de los resultados, de muy
difícil solución.
Rubalcaba,
por tanto, ha eludido estos tipos conflictivos internos -la relación con
el PSC y cualquier alusión a las primarias dentro del Partido Socialista- sobre
los que no hay acuerdo, y se ha centrado en descalificar la acción personal y
de Gobierno del jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, del que ha destacado su
absoluta incapacidad para resolver los tres grandes problemas que atormentan a
España en estos momentos: "El gobierno está sentado sobre tres volcanes
en erupción, paro, Bárcenas y Cataluña y en ninguno de los tres sabe qué hacer
para solucionar estos problemas".
Dura
oposición por la excepcionalidad de la situación
En
realidad, Rubalcaba aprovechó su discurso inicial -esta vez en abierto,
cuando en el anterior comité fue cerrado a la prensa- para indicar a su
'barones' que la excepcionalidad de la situación exige soluciones
de oposición excepcionales. "El paro puede repuntar y con el paro, la
pobreza", dijo, para añadir que "las tensiones territoriales se van
a incrementar" y la experiencia de estos meses nos dice que el
'caso Bárcenas', el 'caso Gürtel', o el 'caso
PP' no va a parar.
En
ese punto, Rubalcaba anunció que "vamos a asistir a nuevas revelaciones
que van a acentuar la crisis de la política", porque "el gobierno
sabe que no puede hacer nada con el caso PP": "El gobierno está
sentado sobre tres volcanes en erupción, paro, Bárcenas y Cataluña y en ninguno
de los tres sabe qué hacer para solucionar estos problemas".
Frente
a eso, Rubalcaba ha querido transmitir la idea de que "los ciudadanos
tienen que saber que estamos decididos a abordar la crisis política",
abordando la crisis de los partidos y acabando con la corrupción, y que
"tenemos un modelo territorial", que la tensión territorial no se
resuelve confrontando, sino dialogando. Por ello, anunció que si el Gobierno
sigue sin actuar, adoptarán todas las medidas políticas y parlamentarias que
haga falta. Lo cual, evidentemente, no descarta la moción de censura.
España,
en derribo: crisis política y social a añadir a la económica
Rubalcaba
inició su discurso con un análisis realmente dramático de la situación, porque
a la crisis económica inicial se habría sumado una crisis política y social.
Dijo al respecto que acabaremos la legislatura con más desempleo que cuando
comenzamos y que los servicios sociales seguirán deteriorándose. Pero a esa
crisis económica se habría añadido otra político y social tan grave como la
primera:
"Rajoy ha ligado su suerte a Bárcenas y eso es gravísimo",
dijo Rubalcaba, para quien "el ciudadano Mariano Rajoy puede permitirse
explicar o no, pero el presidente del Gobierno no tiene más remedio que
explicar y nuestra tarea de oposición es pedirle una y otra vez que explique".
La
gravedad de la situación es tal que el PP, temeroso, ha pasado del
'rodillo' parlamentario al insulto, y no tiene soluciones para la
gravísima crisis que se está gestando en nuestro país: "Tenemos una
crisis política extraordinaria... a la emergencia económica se suma una
auténtica emergencia política, ésa es la situación en la que vivimos".
Puso
muy énfasis Rubalcaba en diferenciar los dos modelos distintos en
confrontación. Uno de ellos, el del PP, lo representa, por ejemplo, la ley
Wert: "Son dos filosofías distintas", dijo, y "si no
conseguimos parar la ley Wert, será una auténtica maldición para el sistema
educativo en España, una auténtica maldición".
Pero
esto no ha acabado, porque "¡ahora llegan las pensiones!". En
definitiva, que "el gobierno parece decidido a no dejar títere con cabeza
en este tema de los derechos, o mejor, a no dejar derecho con cabeza".
Todo ello no es más que "una involución conservadora que está disfrazada
de reformismo, pero es una contrarreforma para intentar acabar con los derecho,
una involución social como no conoce la sociedad española. Es el programa
máximo de la derecha: derechos, los justos y de pago, y la libertad para aquel
que se la pueda pagar".
Apenas
dedicó Rubalcaba unas breves referencias a la renovación interna socialista, y
sólo para decir que la Conferencia Política que este Comité Federal convocará
para noviembre es un ensayo general para dar forma a la renovación que ya se
está llevando a cabo: "De la conferencia política saldremos como partido
distintos y mejores", reconstruyendo un nuevo proyecto político para
España, porque el otro se agotó en la anterior legislatura.
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