Más cínicos que estadistas
viernes 05 de julio de 2013, 17:20h
Hay que remontarse a los días del secuestro y
posterior desaparición del dirigente katangueño Moisés Thsombe para, en
alguna medida, encontrar un precedente similar al incidente del que ha
sido víctima Evo Morales, Presidente de Bolivia, cuyo avión oficial fue
retenido e inspeccionado en Viena a petición del Gobierno de los EE.UU.
bajo la presunción de transportar a Edward Snowden.
Este agente de la CIA es quien ha puesto en entredicho la lealtad
de Washington para con sus aliados al revelar que la NSA -otra de las
agencias norteamericanas de inteligencia-, lleva años espiando las
comunicaciones telefónicas e informáticas de millones de ciudadanos
dentro y fuera de los EE.UU. Incluidos los de los gobernantes de países
europeos amigos. Este escándalo mayúsculo del que el Presidente Barack
Obama ha querido defenderse echando mano de un registro cínico que no
habría mejorado ni el Georges W.Bush de cuando las armas de destrucción
masiva que nunca fueron halladas en Irak, aparentemente había tensado
las relaciones diplomáticas entre Washington y las principales
cancillerías europeas con Berlín a la cabeza. También el Presidente
francés François Hollande había terciado exigiendo explicaciones, pero
con la boca pequeña. Hoy, gracias a la información que publica el diario
"Le Monde" sabemos que el Gobierno de Francia también espía ilegalmente
a sus ciudadanos y quizá por eso porque como dice el dicho: entre
bomberos no se pisan la manguera es por lo que a petición de los
norteamericanos denegó el permiso para sobrevolar territorio francés al
avión oficial de Evo Morales. El incidente y la humillación infligida a
Evo Morales, un jefe de Estado elegido democráticamente ha servido en
bandeja a varios líderes suramericanos (Maduro, Fernández de Kirchner,
Correa, etc) para alimentar el tradicional discurso anti imperialista
.En esta ocasión, en lo concreto -la humillación a la que fue sometido
el Presidente de Bolivia- es difícil no darles la razón. Quienes
defienden la actuación de los EE.UU, Austria, Francia y Portugal -una
actuación contraria, por cierto, al derecho internacional-, deberían
responder a una sola pregunta: el Gobierno de Washington o el de París, a
petición de un tercer país, ¿habrían permitido que el avión
presidencial con Obama u Hollande a bordo, hubiera sido retenido e
inspeccionado en un aeropuerto extranjero? No parece probable. Tras el
escándalo del "Watergate", Richard Nixon fue destituido, por espiar
ilegalmente a sus rivales demócratas. Lo mismo que hace Obama con sus
conciudadanos y con quienes no los son. Eso es lo que ha denunciado
Snowden. A lo que se ve el mundo y la escala de valores ha cambiado.
Ahora el fin justifica los medios. Lo que no ha cambiado es la tendencia
de la CIA a meter la pata: como se sabe, Edward Snowden no iba en el
avión de Evo Morales. Sobran cínicos y faltan estadistas.