Arantza
Quiroga, la nueva presidenta del PP vasco que acaba de reemplazar a
Antonio Basagoiti,
fue presentada en Nueva Economía Fórum en Madrid por el propio presidente del
Gobierno,
Mariano Rajoy. El desayuno informativo despertó tanta expectación, que
obligó a abrir una segunda sala en el hotel donde se desarrollaba el acto.
Fuera, a cincuenta metros apartados por la policía, los damnificados por las
preferentes gritaban: "¡Ladrones! Devolvednos nuestro dinero!".
Al
acto de Quiroga se dieron cita gran cantidad de dirigentes populares, desde la
propia secretaria general,
Dolores de Cospedal, hasta ejecutivos como
González
Pons, además de secretarios de Estado, como
Antonio Beteta; la delegada del
Gobierno,
Cristina Cifuentes, o populares vascos como el propio Basagoiti o el
presidente del PP guipuzcoano,
Borja Semper, o el portavoz popular,
Alfonso
Alonso. Como curiosidad, también estuvo presente el ex presidente del PNV,
Josu
Jon Imaz.
Arantza
Quiroga no rehuyó ninguna de las cuestiones candentes, pero fue especialmente explícita
en el tema de la corrupción de los políticos, en términos generales, y de los
del PP, más en particular. "Esto es un reto", dijo delante de Rajoy, que "el PP
debe afrontar la recuperación de esa confianza perdida por algunos". Así
respondía a la cuestión sobre
Luis Bárcenas, que se le han descubierto más de 40
millones de euros en Suiza, o de
Francisco Correa, que
hacía 'regalitos' a dirigentes
del PP mientras facturaba viajes a la sede de Génova y a la propia Presidencia
del Gobierno con
José María Aznar: "Los militantes están asqueados con el 'caso Bárcenas'".
Delante
de Rajoy, Quiroga tuvo la valentía de sostener que "efectivamente, esto es un
problema para el PP. Todos los militantes del PP están asqueados con este tema
y esperamos que la justicia actúe cuanto antes". La presidenta vasca dijo
seguidamente que "mientras algunos íbamos con las piernas temblando a los
plenos, otros estaban en la política" para enriquecerse.
En
ese punto, Quiroga dedicó un apartado a la regeneración de la vida pública,
destacando que debe existir "un antes y un después" de los casos de
Bárcenas y de Correa-Gürtel: "Que cada uno de los que asumimos este
compromiso interiorice que es un empleado de los ciudadanos que se debe a ellos
y que responde por ellos. Que la política es un ejercicio noble que no
enriquece. Que no te da caché social. Que no sirve para escalar sino para
servir. Ese será el antes y después", había dicho en su discurso, antes
del turno de preguntas.
Previamente,
Rajoy había presentado a la nueva presidenta del PP vasco con unas palabras que
derramaban afecto. Destacó que se había afiliado a las Nuevas Generaciones -los
'cachorros' del PP- en 1993, en Guipúzcoa, que era madre de cinco hijos, que "ha
dado que hablar mucho y bien" y que a partir de ahora se hablará de ella aún
mucho más: "Tendrá mi pleno apoyo", porque "representa el proyecto de un País Vasco
integrador en una España plural"
finalizó Rajoy.
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