Todavía queda Miguel Herrero
viernes 14 de junio de 2013, 22:15h
Si Pere Navarro,
secretario general de los socialistas catalanes dijo el jueves 13 de junio que
"si queremos una financiación justa, empecemos por
eliminar de la Constitución los privilegios que existen hoy" esa semana había comenzado con un desayuno en el
Ritz donde el consejero de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid,
Enrique Ossorio, con toda la plana mayor del PP madrileño a su lado, decía que
"en la práctica, el sistema foral de Navarra y el País Vasco supone que dos
comunidades ricas, disfrutan de una financiación muy superior al resto y no participan en los instrumentos de solidaridad
entre las distintas regiones españolas". Y volvía a hablar de los
privilegios forales ''que si se extendieran a una región económicamente grande
como Catalunya, provocaría la quiebra del sistema".
Dos andanadas,
de las que llamé la atención que se iban a producir
en este medio, hace quince días.
En
tiempos
menesterosos, la envidia se une a la ignorancia y a la mala entraña y pasan estas cosas porque, entre otras razones, la clase política española es
profundamente ignorante. No sabe nada, absolutamente nada de historia. Y por lo
tanto desconoce que el Concierto no es "un privilegio" sino un derecho que está
constitucionalizado como el resto de una foralidad conculcada y que es un
acuerdo de riesgo y solidaridad y fue un expolio que el franquismo "manu militari" quitó a
Gipuzkoa y Bizkaia, por haber sido "provincias traidoras" al
Movimiento Nacional.
De todo esto no deja de tener gracia lo del
consejero madrileño, que por cierto, ha pasado bastante
desapercibido cuando Madrid jamás debería haber sido nunca una Comunidad
Autónoma, ya que nunca reivindicó serlo y que si de privilegios se
trata, mayor privilegio que tener en la Cibeles, toda la administración del
estado y un aeropuerto como el de Barajas que da trabajo a 350.000 personas, no
creo se pueda encontrar, si no nos incursionamos en los privilegios reales.
El problema
de fondo es lo que dijo el político democristiano
italiano Amintore Fanfani "Manca finezza". Eso y mucho más es lo que
falta hoy en la política española cuando todo se hace a manotazos y a
declaraciones disolventes porque este buen señor apellidado Navarro, fue aquel
que dijo hace unos meses que el rey debería abdicar y que entronizaran a su
hijo. Como se ve todo un republicano que además malogró el mensaje de Pérez
Rubalcaba el día del debate del estado de la nación.
Sé que no va
a pasar nada salvo que esta controversia complique la
negociación del Cupo. EI Concierto y el Convenio gracias fundamentalmente a
los negociadores del PNV en 1978 está constitucionalizado
y cambiar una coma de la Constitución es como pedirle moderación al deslenguado
socialista catalán que tiene a su partido hecho una jaula de grillos. Lo mismo
que el PSOE que ese mismo día, para pasmo de
Ramón Jauregui y Patxi López, el tal Navarro logró la solidaridad de
cinco secretarios generales socialistas de autonomías españolas. Todo un ejercicio
de federalismo simétrico, que no
asimétrico, que es lo que hace dos días nos pregonaban como el bálsamo
de Fierabrás.
"Manca, Finezza" porque ese
mismo día, en una apartada librería del Paseo de La Castellana,
un ponente constitucional de la envergadura y de la altura intelectual de
Miguel Herrero y Rodríguez de Miñon, presentaba su libro "Cádiz a contrapelo. 1812 y 1978,
dos constituciones en entredicho", demostraba que se pueden hacer las cosas de
otra manera.
Fue una
delicia escucharle. Acudí con Jokin Bildarratz que tuvo el
acierto de grabar su disertación sobre aquella constitución de nueva planta y
la de 1978 donde se apostó por el consenso y la singularidad vasca y catalana.
La presión militar, la torpeza del ministro Clavero Arévalo, el sectarismo de Alfonso
Guerra, la ignorancia histórica de una clase política y periodística, el
militarismo insurrecto golpeado por ETA y con ansias de revancha, el no desarrollar la
distinción constitucional de lo que es una nacionalidad y
una región y una Loapa actuante, han dado como consecuencia
un estado inmanejable, dispendioso, corrupto y sin resolver el encaje de las
dos singularidades históricas que tiene la
piel de toro. La tercera, Portugal ya encontró su camino hace quinientos
años.
Entre Enrique Ossorio, el consejero madrileño, Pere
Navarro y los cinco sectarios socialistas solidarios, la carcundia mediática
que aprovecha cualquier oportunidad para echar sal a cualquier herida, y oírle
a Miguel Herrero, no hay comparación. Fue como estar en un oasis de seriedad,
sensibilidad, racionalidad, inteligencia política y amistad. Todavía en Sodoma
queda algún que otro hombre justo. Pero no les hacen caso. Y si no se lo hacen,
que no se extrañen de lo que pase ante ésta continua "manca de finezza".