Participaciones preferentes y responsabilidad política
miércoles 12 de junio de 2013, 07:54h
La mayoría de los ahorradores estafados lo que desean es
recuperar su dinero, los ahorros de toda una vida, la necesidad merecida de
hacer justicia. Los responsables técnicos y políticos, en cualquier caso,
tendrán también que dar la cara.
Aquí ha fallado casi todo el mundo. Las participaciones
preferentes es un instrumento financiero más o menos sofisticado que existía en
España durante los años noventa y que servía para financiar a las empresas a
través de compra de deuda perpetua a un tipo de interés relacionado con los
beneficios de la sociedad.
De hecho estos títulos sólo se admitían en España si
provenían del capital financiero de otras naciones, de los mercados
internacionales. Por eso se utilizaban para operaciones de triangulación
incluso en el blanqueo de capitales.
Aunque el proceso se había iniciado en 1998, ya en el siglo
XXI, el Banco de España, presidido por Jaime Caruana a propuesta del gobierno
de Aznar, cometió el error de introducir estos instrumentos en el mercado...
interno. De esta manera, los residentes en España podían adquirir este tipo de
valores.
En ese sentido colaboró la Comisión Nacional
del Mercado de Valores, presidida por Juan Fernández-Armesto a propuesta del
gobierno de Aznar, de tal manera que la propia CNMV elaboraba (obviamente) folletos
para la comercialización de estos instrumentos.
El hecho más grave, el mayor despiste, la principal puerta
por la que se inoculó el virus de las preferentes, fue la reforma legal
emprendida por Rodrigo Rato quien introdujo en nuestro ordenamiento jurídico la
figura de las participaciones preferentes.
Así, Rodrigo Rato elaboró la Ley 19/2003, de 4 de julio, de tal forma que
incluía una Disposición Adicional Segunda a la Ley 13/1985 que otorgaba carta de naturaleza a
las preferentes en nuestro marco legal.
El Banco de España, presidido ya por Miguel Ángel Fernández
Ordóñez propuesto por el gobierno socialista, permitió que se popularizase a
los distintos ahorradores, que se distribuyera entre el gran público, tal como
conté en un pasado artículo en otro medio el 25 de abril de 2013 intitulado "El
turbio asunto de las participaciones preferentes".
Los economistas explicamos esta situación con la boca pequeña,
pero es muy necesario que la gente sepa toda la verdad, sobre todo para que los
próximos gestores no abran la puerta a la posibilidad de que entren
estafadores.
El Consejo Ejecutivo de Cajamadrid, compuesto sólo por
miembros a propuesta del Partido Popular, con el desconocimiento del Consejo de
Administración, impulsó la contratación de preferentes al gran público cuya
puerta abrió de forma legal el propio Rodrigo Rato.
El Consejo de Administración, distinto al Consejo Ejecutivo,
desconocía que este instrumento financiero se estaba colando de forma tóxica en
los hogares. Pero se estaba colando, sin lugar a dudas.
Los responsables penales o civiles son aquellos que
engañaron. Los responsables son también los que dieron las órdenes, como en el
caso de Cajamadrid el Consejo Ejecutivo. Pero existe también una cierta
imprudencia en el Banco de España, desde Caruana hasta nuestros días, también
en aquella CNMV y, sobre todo, en el ministerio de Rodrigo Rato, a la hora de
abrir la puerta por cuya rendija entró la estafa.
Lo cierto y verdad es que Cajamadrid decidió colocar en 2008
este tipo de productos a ahorradores conservadores, decisión que corrigió dos
años después. Demasiado tarde.
@AntonioMiguelC