Es que hay veces que... ¡Viva el vino!

O sea que lo de los idiomas Lapao y Lapapypao no es un delirio. ¿De verdad tenemos tiempo y presupuesto para sostener a la panda de imbéciles (no, no es una errata) que han pergeñado semejante disparate? No voy a ser políticamente correcto, lo siento, es que no se merecen la más mínima compasión: lo que han hecho no se le ocurre ni al que asó la manteca.

Estos politicastros aragoneses, de los que se avergüenzan hasta sus propios compatriotas a los que están dejando en un ridículo inconmensurable, no tienen nada mejor en que emplear su tiempo. Con una tasa de desempleo de 24% y un déficit estructural de casi 4.000 millones de euros, no tienen mejor ocurrencia que cambiar el nombre a las cosas que ya tienen nombre. Imaginemos por un momento que el Ebro a partir de entrar en Cataluña se llamara RACAA, Río Ahora Catalán Antes Aragonesillo, y en su tramo vasco RisotoEus, Río Sobre Todo Euskaldún. O peor, AREEOSEM, Aquí Rio Euskaldún, en Euskadi Oriental Solo Escorrentía Maña. En fin, ni para llorar.

En otra dimensión pero parecida estulticia está la prejubilación y jubilación forzosa en Madrid de 700 médicos de gran experiencia para sustituirlos por médicos recientes, más baratos pero cuyo coste en inexperiencia también se paga. Eso sí, "ahorraremos" en gestión y alguien se pondrá una medallita por el menor gasto y la mejor administración. Los muertos en excedente por mala praxis, ah eso es cosa de otro costal, como cuando alguien tiene un accidente de tráfico pero muere en el hospital al día siguiente: no cuenta para la estadística.

Y en una tercera dimensión pero siempre dentro de la chapuza nacional está el mega submarino de NoAvantia, un submarino que "les ha salido" como 70 toneladas más pesado por lo que se sumerge rápidamente buceando estilo yunque y no reflota. Ni tan solo navega, solo se hunde como si fuera de Mortadelo y la TIA. Por supuesto, esta chorradita de cálculos, que debieron hacerlos a palmos, nos va a costar una pasta no solo en el sobrecoste para NoAvantia sino también en el sobregasto que el ministerio de Defensa va a tener que afrontar por el retraso de dos años.

La cuarta dimensión es la magnífica supervisión que la CNMV ha ejercido sobre Pescanova que le ha metido seis goles por la escuadra y cuya presidencia ha hundido la empresa de la noche a la mañana llevándoselo crudito crudito sin que doña Elvira Rodríguez se haya ni inmutado.

La quinta dimensión, esta ya sí completamente extraterrestre o venida del multiverso cuántico es Plasman, nuestro superhéroe nacional en feliz hallazgo de los guionistas de Hoy por Hoy. Plasman Rajoy, el hombre que no sabe todavía que el presidente del gobierno es él, se niega a decirle a Bruselas, a la Comisión Europea o a la Merkel -calla, calla, qué susto filiño- que los españoles estamos acogotados, que nuestros jóvenes con preparación son expulsados del mercado laboral y se largan a otros países, que los jóvenes que se quedan tienen un índice de paro superior al 50%, que dos millones de familias tienen a todos sus miembros en paro, que tres millones de familias viven de la pensión de los abuelos, que ser mileurista hoy es ser un privilegiado y que seis de cada diez trabajadores no llegan a fin de mes. Eso sí, el hombre de los sobresueldos en cajas de puros, el registrador de la propiedad ad phantasma, el eterno cansado -¿pero de qué?- no solamente es incapaz de comparecer ante los ciudadanos o ante los medios de comunicación no afectos; es que ni tan solo tiene en su horizonte el planteamiento de defendernos como sociedad o como país en las instancias internacionales a las que pertenecemos de pleno derecho. Se hace caquita: "no, nada de frente común ante Europa para defender los derechos de España y los españoles; ca."

Un día, cuando ya no queden trabajos ni trabajadores, cuando todo el PIB esté hipotecado gracias a la acción deletérea del gobernante más tonto de Europa, entonces maquillará algún ratio, inventará algún numérico, echará la culpa al Psoe, a IU y hasta Obama si se pone a tiro, intentará torear de dontancredo a su parroquia de entregados y, encima, creerá que merece una reelección. ¡Viva el vino!

@manuelpascua