El Gobierno no descarta suprimir el supuesto de
malformación del feto
'Doctrina constitucional' y autorización paterna, ejes de la reforma de la Ley del Aborto
viernes 10 de mayo de 2013, 18:01h
La reforma de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y
de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, o ley del aborto, contendrá la
vuelta de la autorización de los padres en el caso de que las menores de edad
se vean abocadas a abortar y se limitará a los aspectos fijados por el Tribunal
Constitucional respecto a la ley de 1985. Sin embargo, queda abierta una agria
discusión sobre la eliminación del supuesto de malformación. Lo ha reconocido
la vicepresidenta Sáenz de Santamaría.
"El ministerio de Justicia es el órgano al que le
corresponde la elaboración de esa norma y está en el proceso de su redacción.
Los elementos fundamentales de la reforma son los que hemos venido manteniendo
siempre: la doctrina del Constitucional y la autorización, y sobre todo,
participación de los padres". Son los aspectos en discusión sobre la
reforma de la ley del aborto, según ha detallado la vicepresidenta del
Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la rueda de prensa posterior al
Consejo de Ministros.
Preguntada sobre si quitar el supuesto de malformación
para abortar no sería un elemento fundamental para el Ejecutivo, Sáenz de Santamaría
ha señalado que "lo que este Gobierno está estudiando es la Convención de
Derechos de las personas con Discapacidad de las Naciones Unidas que España
ratificó en abril de 2008 y los compromisos que supone esa Convención respecto
al tratamiento de esa cuestión". "Ese es el punto en el que
estamos", ha reiterado.
En todo caso,
ha insistido en que los elementos fundamentales en los que el Gobierno ha
venido trabajando son, de un lado, el respeto a la jurisprudencia del TC
conforme a la primera Ley del Aborto inicial que estuvo vigente hasta la pasada
legislatura y, en segundo lugar, un elemento que no forma parte de esa doctrina
pero que es importante y es cumplir el compromiso de que los padres puedan
participar en la decisión sobre los abortos de menores de edad, entre los 16 y
los 18 años.
Preguntada en reiteradas ocasiones por el supuesto sobre malformación del feto,
la vicepresidenta ha insistido en que "el Ministerio está analizando la
convención, analizando también la doctrina del TC sobre la regulación del
aborto que existía y existe en España y, dentro de esa regulación, pues
establecer la mejor manera posible para tener presente ambos equilibrios".
Sáenz de Santamaría ha
recordado que "en la legislatura pasada se aprobó un cambio en la Ley del
Aborto que fue, digamos por decirlo de alguna manera, novedoso para todos
porque no formaba parte del programa de ese Gobierno y no se había modificado
en la legislatura anterior y suponía un cambio respecto al modelo que el TC
había considerado acertado en nuestro país".
"En este
modelo -ha dichoSantamaría- la regulación del aborto analizaba dos
supuestos: la situación de la madre y la del nasciturus y buscaba un equilibrio
entre dos bienes jurídicamente protegidos porque ese es el término
jurídicamente correcto. En segundo lugar, estableció una regulación que
establecía que las menores de 16 años pudiesen abortar sin conocimiento ni
participación de los padres y nosotros dijimos que no estábamos de acuerdo, por
eso se planteó el recurso, con las argumentaciones jurídicas que yo le estoy
diciendo".
Un agrio debate
La
vicepresidenta también ha hecho alusión a las diferentes declaraciones
realizadas a lo largo de esta semana sobre la reforma de la ley. "No me
corresponde a mí valorar las posiciones de los grupos parlamentarios pero este
Gobierno lo que quiere es trabajar por un sistema en que el que los dos bienes
jurídicamente protegidos, madre y nasciturus, lo sean de acuerdo con la
doctrina que ha dicho el TC y si es posible que las menores de 16 años tengan
la asistencia de sus padres en ese momento".
En cualquier
caso, ha querido dejar claro que "la cuestión del aborto es un fracaso y
es un fracaso de todos y tenemos que hacer mucho porque no creo que sea un
momento de la vida que a uno le sea grato". Por este
motivo, ha pedido "hacer un debate sereno con argumentos jurídicos y
serios". "En este debate tenemos que ser todos muy rigurosos y
hacerlo además con la adecuada sensibilidad", ha apostillado.