jueves 11 de abril de 2013, 23:55h
Una de las cosas que
menos me gusta de nuestro carácter es la piel tan fina que solemos tener que en cuanto
alguien nos critica por cualquier cosa nos rasgamos las vestiduras, sacamos al
fijodalgo calderoniano que escondemos y nos ofendemos muchísimo. Y si la cosa
viene del extranjero nos mostramos ofendidos hasta el ridículo como cuando un
programa de humor francés tuvo la ocurrencia de meterse con la limpieza de
nuestros deportistas: poco menos que lo consideramos una declaración de guerra,
que ya es ser gilipuertas.
El domingo pasado Jordi
Évole tuvo la ocurrencia de investigar sobre el coste de la energía en las
Españas y sacó a la luz pública lo que ya era conocido por algunos y sospechado
por todos: que alguien se lo está llevando crudo. Las eléctricas han saltado
como la leona ante la hiena que se quiere llevar a sus cachorros y, según
cuentan, hasta han llamado a José Manuel Lara para pedir la cabeza de
Évole o, en su defecto, un espacio de similar duración y emplazamiento primetime
para defenderse de las infamias; vamos, lo que en román paladino llamamos zurrarle la badana al
Follonero.
No sé en qué parará la
cosa, pero conozco lo suficientemente bien a los principales directivos del
Grupo Planeta como para saber que habrán contestado con hermosas palabras,
lindas evasivas y luego habrán comentado
entre ellos lo acertado de su plan de negocio pues la audiencia de la sexta no
hace más que crecer y la polémica contra Évole les proporcionará todavía más
audiencia, conocimiento de marca y beneficios legítimos.
Que en España se lo
llevan crudo los mismos de siempre es facilísimo de ver: basta con darse un
garbeo por otros países de Europa, garbeo que hoy ni tan siquiera requiere
viajar porque todo está al alcance del adsl y google. Uno se pregunta al
visitar Alemania, por ejemplo, cómo es posible que las cosas cuesten lo mismo o
menos que en España y que, sin embargo, los salarios patrios sean tan exiguos
comparativamente. Tras darle un par de vueltas uno llega a la única conclusión
posible: los intermediarios se lo están llevando crudo, poco hecho, al punto,
hecho y muy hecho. Un kilo de calabacín
en origen cuesta 12 céntimos y llega al consumidor a 1,60 euros, más de mil
doscientos por cien. Los ganaderos no pueden entender que su leche se pague a 0'33
céntimos el litro (3,3 céntimos 10 litros) y luego el consumidor la encuentre a
1 euro redondo (30.203%) las más de las veces y 60 céntimos (18.082%) en el
mejor de los casos.
El problema de los
intermediarios es viejo y en el caso de la energía, de las cosechas y de
cualquier cosa mensurable estadísticamente, al intermediario chupasangre se le
suma la capacidad de especular hoy con el producto de mañana o de dentro de
diez años. Es inmoral que se pueda comprar hoy la cosecha de maíz de la próxima
década en un país tercermundista o que los Señores de los Mercados puedan vender
un día antes al gobierno la energía que comprarán veinticuatro horas después
más barata en absolutamente todas las ocasiones. Cualquiera con dos dedos de
frente y ningún cargo político entiende que antes de sangrar a la ciudadanía deberían
comprar ellos directamente la energía al precio a que la están comprando los
intermediarios.
Los que gobiernan están
apretados de miedo y si no entienden las mates de la ESO cómo van a entender
los mercados especulativos. Y esto va por todos ellos que parece mentira tan
mala preparación y tan escaso compromiso con los ciudadanos y la sociedad. Pero
claro, es que yo soy un ingenuo que creo posible ser ministro y ponerse delante
de Botín et al y hacerles una pedorreta cuando abusan de la peña. Y
hasta meterlos en el trullo si juegan sucio.
¿Seguro que es
ingenuidad? Lo he visto en otros países: Canadá, USA, Colombia, Islandia,
Noruega... así que debe ser posible. Jordi Évole le está echando ganas e inteligencia
al asunto y cada domingo gana audiencia. Además, se le puede ver también en la
red y en otros canales que reponen programas anteriores consiguiendo que el
virus Évole se expanda cada día más.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
20067 | Charly AGONÍAS - 13/04/2013 @ 03:07:51 (GMT+1)
Pascuamejía, le agradezco mucho que haya salido en defensa de su colega Jordi Évole. Tuve la oportunidad de ver un documental de dicho periodista sobre los precios de la electricidad y de la gasolina. Jordi Évole entrevistaba sobre lo que las energéticas aumentan el precio desde sus proveedores hasta sus clientes (los ciudadanos de a pie).
Lo más grave es que se ponen de acuerdo los distribuidores de energía, eléctrica o derivada del petróleo, formando un oligopolio protegido contra los intentos de terceros por entrar a competir en estos negocios.
Jordi Évole sacó esto que sabíamos todos a la luz pública y las poderosas empresas energéticas empezaron a presionar a los mandatarios del canal en que trabaja para que le tapen la boca. Estas empresas oligopólicas son Respsol, BP, Campsa para los derivados del petróleo y Fecsa, Endesa, Iberdrola, Fenosa para la energía eléctrica.
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