SAR Cristina, Urdangarín, Telecinco
jueves 04 de abril de 2013, 08:02h
A mí me parece que esto es algo más que la estupidez de un
frívolo que se cree tan cool que llama a su mujer kid -si supiera
inglés el chorras este la llamaría kiddo- y se despide con ciao, please
y muaaaaaaaac, que ya es ser majadero.
En
un país que ha evolucionado desde 35 Millones de Españoles hasta Mira quién
Salta, desde La Clave hasta Sálvame, la esperanza de un futuro mejor es el
mayor acto de fe de que soy capaz.
Hubo
un tiempo en que el maestro de la televisión era Chicho Ibáñez Serrador,
el del Un dos tres o Mis Terrores Favoritos. Ahora su sucesor es Jorge
Javier Vázquez y su troupe de enanos mentales. Hubo un tiempo en que leer
el Quijote era obligatorio en el cole, ahora se lee un resumen escrito por
alguien que tampoco ha leído el original.
Hubo
un tiempo en que expresarnos con propiedad era importante en la vida; ahora el
que preside el gobierno no es capaz de concordar en género y número los modificadores
directos con el sustantivo al que acompañan. No hablemos de la sintaxis de la
mayoría.
Hubo
un tiempo en que el trabajo era experiencia y esta la acumulación de méritos
para ser ministro o presidir una corporación o simplemente prosperar en la
vida. Ahora basta con sonreír mientras se tañe una campana en la apertura de la
bolsa o con salir en T5 insultando a una madre tan iletrada como gritona. En
estos días lo único que importa es parecer (potencia); el ser (acto) cuesta
demasiado esfuerzo para que sea una opción en un país que dormita ebrio de
incultura.
El
contenido del auto del juez Castro me produce vergüenza. La imputación
de SAR Cristina no demuestra, como se ha dicho, que el sistema funcione;
al contrario, es la prueba flagrante de que la podredumbre, la tibieza y la
insolencia encumbran al tonto de la bufanda que es su marido, al bobo del
fútbol que preside el país, a los energúmenos de Gran Hermano, a los ágrafos
sin oficio de Gandía Shore y a todos los sinvergüenzas que copan los titulares
de prensa, radio y televisión: en eso hemos convertido las Españas. No
aceptarlo es el primer síntoma, como los drogadictos convencidos de que no lo
son.
Aún
quedan ciudadanos de los que aprender, pero se están muriendo de viejos y en
las generaciones siguientes cada vez escasean más. Por cada Pau García Milá
hay cien mil fracasados escolares, por cada Rafa Nadal hay un millón de
tramposos. Por cada Josep Mª Pou hay mil actores incapaces de vocalizar
papá sin cometer cuatro errores.
Quedan
políticos honrados y capaces, pero no están en activo y son cada vez menos: Rodríguez
Ibarra, Josep Borrell, Herrero de Miñón, personas con mucho que aportar
desde la sabiduría y la sensatez, dispuestos a ayudar solo por el sentido
honorable de servicio al país, pero apartados por los mezquinos con mando en
plaza en sus partidos. Hay algunos en la segunda línea que han sido
abandonados, Fernández Vara, Odón Elorza y muy pocos válidos en la
primera línea y con la edad adecuada, acaso Soraya Sáenz antes de engreírse,
acaso Mónica Oltra.
Somos
una vergüenza como sociedad: a la necedad del presidente, a la mangancia de los
tesoreros del PP desde AP, a la estafa mafiosa de los ERE, a la caída infamante
de los presidentes Mata y Camps, a la inmunda percepción de dietas
de la presidenta Barcina, a los casos escabrosos de la familia Pujol
Ferrusola, a la corrupción empresarial generalizada, ahora vemos pies de
barro en la jefatura del estado: son los modelos en que se mira nuestra
sociedad.
El
sueño de Europa muere porque nuestra medianía e ignorancia permiten que decidan
por nosotros personas que nadie ha elegido y que obedecen a intereses
asociales. El sueño de Europa quedará para alemanes, suecos, noruegos y
sociedades que se esfuerzan; nosotros seremos sus camareros, su lugar de ocio y
descanso, su tercer mundo al que venderán sus productos con valor añadido y al
que exigirán servilismo. No va a haber un Steve Jobs español ni un Ramón
y Cajal de nuestro tiempo ni un sistema educativo que los produzca.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (4)
19820 | @ANGEL URGENTE - 04/04/2013 @ 16:56:46 (GMT+1)
Ángel, estoy muy interesado en el asunto que comentas. Por favor, si puedes ponte en contacto conmigo en manuel.pascua@gmail.com
19816 | Angel - 04/04/2013 @ 16:06:53 (GMT+1)
La situacion, efectivamente, es desesperante y descorazonadora (te lo dice un cientifico al que los recortes apenas le dejan poder seguir trabajando). Sin embargo, muchas personas con ganas de cambiar radicalmente este pais nos estamos movilizando. Un ejemplo: el Movimiento FUE, que esta creando un partido politico en el que mucha gente muy bien preparada y honesta estamos colaborando para dar una alternativa de futuro, con propuestas serias y priorizando el bien comun, a este pais en descomposicion. Un abrazo y gracias por tus estupendos textos.
19809 | pascuamejia - 04/04/2013 @ 13:22:25 (GMT+1)
A PEJU: La respuesta a casi todas mis columnas suele ser idéntica: más y mejor educación/instrucción, más y mejor democracia. Pudiendo ser enanos a hombros de gigantes, nos hemos convertido en enanos agachados, incapaces de ver ni un milímetro más allá de nuestra napia. Tenemos hombres y mujeres a los que escuchar, de los que aprender y que tienen la disposición debida de ayudar sin ambición ni interferencia (los referidos Ibarra o Herrero de Miñón) pero los partidos se han convertido en granjas de pollos donde lo que importa es la adhesión inquebrantable al líder y no el servicio a la sociedad desde una posición ideológica (no dogmática). En el otro lado, toda la sociedad civil que nos hemos convertido en bobos seguidores de la Gran Teta de Cristal, narcotizados por análisis frívolos y superficiales llenos de gritos y alejados de la cultura y el pensamiento. Buscaba en mi columna crear en el lector un sentimiento de desesperanza, de angustia ante un panorama desolador y, por lo que me dices, al menos en ti lo he conseguido. La realidad es que la imbecilidad ha penetrado hasta la monarquía, que este bueno para nada que es Urdangarín es el signo de los tiempos en un país que parece abocado a servir de camarero de los nórdicos, de los que estudian y se esfuerzan. No me pidas soluciones ni recetas porque la cosa no puede ser más fácil: estudio, esfuerzo y trabajo; méritos frente a suerte. Un abrazo y gracias por el comentario.
19808 | peju - 04/04/2013 @ 12:09:41 (GMT+1)
Manolo sin duda me ha gustado,coherente y objetivo,pero sin solución y sin respuesta no se crea ninguna esperanza. Un fuerte abrazo
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