lunes 25 de marzo de 2013, 10:42h
Si Aristóteles decía que la naturaleza aborrece el vacío, en pocos
aspectos de la realidad eso es tan cierto como en política. Los vacíos de poder
tienden a llenarse a velocidad de golpe de estado. El proceso de la unificación
europea, se inspiró en el alemán, con su Zollverein o unión aduanera como paso
previo a la monetaria y luego política. Pero no fue un proceso democrático.
Prusia laminó a los demás y convirtió a su capital, Berlín, en la del Reich
después de tres guerras usadas para forjar el espíritu nacional alemán; contra Dinamarca,
Austria y Francia. Es cierto. Hoy muchos europeos se sienten como aquellos
ciudadanos anexionados a Prusia de los ducados de Schleswig, Holstein, del reino
de Hannover, del Electorado de Hesse, el Ducado de Nassau, Renania o Westfalia.
Las divisiones de infantería prusiana han sido sustituidas por los euros en
formaciones millonarias, y el poder germano levanta ampollas en los estados más
débiles del sur de Europa.
¿Pero cómo se sienten los alemanes? Pues en un sentido llenando de
manera natural y aristotélica el vacío de poder de una Unión Europea paralizada
por los nacionalismos, la burocracia y unas instituciones diseñadas para unos
pocos países con economías más o menos comparables. En otro poniendo parches a
los errores populistas o trapaceros de los políticos griegos, irlandeses,
italianos, portugueses, chipriotas o españoles. Y Angela Merkel no quiere dar a
sus compatriotas la impresión de estar financiando con sus impuestos a los
manirrotos españoles o los trapaceros chipriotas. Mucho menos a seis meses de
las elecciones en Alemania y cuando los contribuyentes de ese país tienen la
sensación de estar siendo ordeñados por esas penínsulas mediterráneas que
cuelgan por el sur a modo de ubres. Y no sólo se sienten los paganos de
desmanes ajenos, también están hartos de ser acusados de haberse llevado a
Manolete por delante con sus astas de miura aquella tarde en Linares. A los
políticos de los países rescatados o con políticas de austeridad impuestas desde
la Unión Europea les viene muy bien esquivar las acusaciones y señalar de
soslayo a Berlín, como el catalán Artur Mas hace a su vez con Madrid, pero el
hartazgo germano es cada vez más evidente. Está semana, a propósito de Chipre,
un titular del Bild se quejaba de cómo siempre se acusa a los alemanes de todo
en Europa.
En un mundo cuya información se basa en las imágenes trasmitidas en
tiempo real a cualquier parte del planeta los alemanes han visto en sus
pantallas a su canciller caricaturizada con un bigotillo a lo Führer,
esvásticas y toda la parafernalia asociada con lo peor de un pasado que los
alemanes nunca acaban de dejar atrás. En Nicosia las banderas de la embajada
alemana han sido arrancadas y hechas jirones.
El tópico de recurrir a Hitler para dramatizar cualquier situación es
tan banal que dio lugar, hace ya más de veinte años al enunciado de la ley de
Godwin, o regla de analogías nazis de Godwin: "A medida que un debate se
alarga, la probabilidad de que aparezca una comparación en la que se mencione a
Hitler o a los nazis, tiende a uno". Y el que lo menciona pierde la
discusión. No es el cuarto Reich, como publica Le Monde, ni las divisiones pánzer
con banderines de quinientos euros en sus antenas que cree ver Juan Torres en
lontananza. Un poco de autocrítica y a cada cual lo suyo. Las instituciones
europeas no funcionan. La Comisión Europea es una jaula de grillos, el
Parlamento una cámara tan inútil como el Senado en España y el presidente del
Consejo, Van Rompuy se dedica a minar la poca autoridad que tuvieran antes.
Ese vacío de poder, del cual no se puede responsabilizar a los
alemanes ni a la Merkel, tiende a ser llenado por el más fuerte. Que resulta
ser, además, quien paga en última instancia el dumping fiscal de Irlanda, la
construcción de viviendas vacías en España, el gasto descontrolado de los
italianos, la estafa piramidal de los bancos chipriotas, el timo de las
estadísticas griegas falsas para engañar a los demás europeos o los derroches
de nuevos ricos de Portugal. Y el descalabro financiero de todos ellos mientras
insultamos a los que tiran de chequera. ¿De qué nos quejamos? ¿De que quien
paga manda?
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (6)
19437 | Pikertom - 26/03/2013 @ 12:05:55 (GMT+1)
Yo tampoco creo en malos y buenos, si lo creyese podía decirle que aquí, en España, el responsable de el llamado ladrillazo y la corrupción generalizada de políticos y empresarios y la mala praxis de la banca fue la ley de liberalización del suelo que aprobó el Sr. Aznar convirtiéndolo en el peor presidente de la democracia española. Pero como dije, no creo en buenos y malos. En cuanto a Alemania, al gobierno alemán, lo expuesto anteriormente creo que esta probado con múltiples ejemplos. En cuanto a Cataluña, bueno, pues menos mal que usted no es hombre de odios, de buenos y malos.
19427 | kroker - 26/03/2013 @ 10:26:25 (GMT+1)
Pues sí, Zapatero pasará a los anales de la historia como el peor presidente de la tercera restauración borbónica (que es en lo que estamos ahora). Si todo ese dinero desperdiciado, malversado (que de todo hay), o prácticamente tirado a la basura; se hubiera dispuesto del mismo para incrementar el número de emprendedores, otro gallo nos hubiese cantado. El problema de la mayoría de los políticos españoles, es que no vienen de una empresa o de un trabajo remunerado, sino son funcionarios del Estado o del partido (las juventudes no son otra cosa), y no tienen ni puñetera idea de cómo se gestiona la economía de un país.
En este país siempre ha estado mal visto que personas con iniciativa creen negocios, y ganen dinero con ello. Desde la AEAT a cualquier administración, el marcaje a los autónomos ha sido "pa'mear y no echar gota". Ahora resulta que han descubierto el Mediterráneo y se trata de promocionar como sea este tipo de iniciativas, pero bueno, nunca estar si la dicha llega.
19423 | B T-M - 26/03/2013 @ 01:15:13 (GMT+1)
Muchas gracias Kroker, por su atinado comentario. Yo también he sido siempre partidario de la navaja de Ockham, y por ello no creo que haya que buscarle tres pies al gato en este asunto de Alemania. Ellos tienen su trauma y memoria histórica con la hiperinflación del marco entreguerras, y como son quienes más aportaron a la cesta de la moneda común se quedaron con el control del euro; quien paga manda. Han derramado chorros de dinero barato sobre el Mediterráneo, y los hemos usado bien, mal y peor, pero poco para inversiones productivas de futuro y mucho para un ladrillo inútil que ahora nos cae en la cabeza. Sólo el Plan E de Zapatero para levantar aceras y volverlas a pavimentar costó miles de millones de euros, incluidos muchos para publicitar con carteles cada rotonda trazada con ese dinero. De ese Plan E el Fondo Estatal de Inversión Local se llevó 7.836'16 millones de euros; más de lo que se le pide a Chipre como parte de su rescate. Según el Tribunal de Cuentas las obras se hicieron sin licitación pública, en la inmensa mayoría de los casos no se abordaron nuevos proyectos, ni se crearon empleos, ni mejoraron los municipios. Los alemanes lo saben también como nosotros, y están hartos de dar un dinero que no revierte en nuestro crecimiento económico y por lo tanto en sus exportaciones. Y lo peor, con el fracaso del Plan se dio munición a quien alienta las políticas de austeridad y critica el aumento del gasto público como herramienta para salir de la crisis. Como la Merkel.
19402 | kroker - 25/03/2013 @ 17:33:47 (GMT+1)
Muy bien Traben, no es una película de buenos y malos, pero lo cierto es que hay trampa en todo ese argumento alemán de que son los "ordeñados de Europa". Mientras Europa sirvió para la reunificación alemana, todo fueron facilidades por parte de esa nación en el sostenimiento del sistema. Mientras el euro=marco se estableció como moneda europea, también, todo facilidades. En fin, mientras las políticas de la UE han servido para cimentar el poder económico alemán, no ha habido problema; pero una vez hecho esto, toca la segunda parte, hacerse con el control político, y eso es justo lo que está haciendo Alemania.
Ha dejado la instituciones europeas vacías de contenido, todas; en la UE se hace lo que dice la Canciller y el Parlamento alemán, esa desde luego no era la idea de UE que se deriva de los Tratados, ojo, Tratados que no Constitución, y los Tratados como tales pueden romperse. Alguien ha apuntado ya, que si la UE quiere sobrevivir, debe ser sin Alemania; no sé si esto es posible, pero ya son ideas que bullen por ahí, lejos de aquella imagen de unidad de CEE que había en el pasado.
Resulta que Alemania ha conseguido lo que persiguió durante años, la unificación (con el coste que supuso para toda la UE), impuso el marco disfrazado de euro, y además ha convertido Alemania en el paraíso de los minijobs, de las pensiones miserables, y el modelo de sociedad de pensamiento único que quiere imponer al resto de la UE (no podemos pasar por alto que derecha y socialdemocracia van de la mano).
Sinceramente, si este es el futuro que les espera a nuestros hijos, prefiero estar fuera de la UE, y mejor hoy que mañana.
(no he mordido el anzuelo, pero le diré que si caer en Ley de Godwin, el principio de "la navaja de Ockam" si encaja)
19394 | B T-M - 25/03/2013 @ 13:06:12 (GMT+1)
Muchas gracias por su comentario, señor Sanchís. Si ha leído alguno de mis artículos anteriores no habrá escapado a su sagacidad que no suelo creer en el simplismo maniqueo de los buenos y los malos. Nadie dice que los alemanes sean los buenos, pero tampoco los únicos malos. Imaginemos un trozo de tierra mediterránea, asolada por la corrupción y el despilfarro de dineros públicos; ha recibido millonadas de euros para solucionar sus problemas económicos y pide miles de millones más, pero echando la culpa de sus descubiertos y de los recortes consiguientes sufridos por los ciudadanos al mismo que vuelca esos millones para paliar el desastre. Mientras pide extendiendo la mano insulta a quien está poniendo el dinero; le recuerda un pasado de invasiones del territorio, agresiones militares, fascismos y saludos brazo en alto. No hablamos de Grecia, Italia, Chipre y la Merkel, no. Hablamos de Cataluña, Artur Mas y su recurso fácil de culpar al resto de los españoles de todo. Tal vez eso nos ayude a entender el punto de vista de muchos alemanes.
19393 | Sanchís - 25/03/2013 @ 12:52:28 (GMT+1)
¿Los bancos alemanes, la economía alemana, el gobierno alemán, no saco beneficios astronómicos propiciando lo que se llamó el ladrillado español? ¿Los bancos alemanes, la economía alemana, el gobierno alemán, no esta sacando beneficios astronómicos con los países en crisis como España? ¿La prensa mediática alemana, no esta haciendo un discurso racista-económico contra los ciudadanos españoles a los que llama vagos y otras lindezas parecidas?
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