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Imagen de Santa Águeda para ilustrar la opinión de Águeda del Pozo |
La peineta de Chipre a los mercados... y a la UE
viernes 22 de marzo de 2013, 12:28h
A
los pobres chipriotas les queda mucho por sufrir, no me cabe duda. Pero
ya era hora de que alguien plantara cara a esos mandamases conocidos y a
otros oscuros poderes económicos que están asfixiando a los ciudadanos.
No
vale todo, no. No vale todo para salvar a la macroeconomía. No puede
ser que conseguir datos positivos se haga a costa de ahogar al pueblo.
Mucho menos cuando esa dura austeridad que nos imponen sólo consigue
como resultado más recesión y más paro.
¿Dónde
ha quedado la política incapaz de hacer frente al mandato de los
mercados? ¿Qué queda de la democracia cuando unos señores que no han
sido votados por nadie mandan a aquellos que hemos elegido como nuestros
representantes?
El
denostado, y con razón en muchos casos, Felipe González comentaba hace
ya unos años, cuando el "problema" de la UE era Grecia, que faltaba
liderazgo político en la Unión. Que los 27 no podían, no debían
consentir que los banqueros, a los que hemos rescatado, estamos
rescatando con nuestros impuestos, nos pongan, además, sus condiciones.
Condiciones que en ningún caso piensan en el interés general y sí en sus
propios intereses, económicos, claro. Amén.
¿Alguien
cree que Helmut Kohl, compañero de filas de Merkel, habría hecho o
consentido que se hiciera la política que hace ahora su sucesora? Yo
estoy segura de que no.
Desgraciadamente
hemos perdido una generación de políticos europeos que creían en la
unión política y económica de Europa. Que pasito a pasito, lenta pero
firmemente, iban construyendo la Unión, con mayúscula.
La
falta de liderazgo de nuestros dirigentes europeos, su carente
europeísmo nos lleva a la perdición. Y por el duro camino se pueden ir
quedando muchos de los nuestros . Hoy es Chipre quien está en la picota.
¿Y mañana? Prefiero no pensar, prefiero no poner nombre.
Desde
aquí, mi humilde apoyo y mi respeto a esos chipriotas que se han echado
a la calle y a sus parlamentarios que supieron escuchar la protesta de
sus conciudadanos y que desde un país pobre y pequeño le han hecho la
peineta a la UE, obediente súbdita de los más oscuros e inhumanos
intereses económicos. Ojala y resistan, ojala y obliguen a doblar el
espinazo a quienes les amenazan con el destierro.