martes 19 de marzo de 2013, 09:24h
¿Un cónclave en Roma? lo que ha hecho el Espíritu Santo es la
selección de un digno sucesor de Juan Pablo II, aquel actor polaco con un
sentido escénico digno de un Cecil B. DeMille cuando dirigía "El mayor
espectáculo del mundo" o "Los diez mandamientos".
En estos momentos se celebra la misa del inicio oficial del
pontificado. Francisco detiene el papamóvil para descender y besar a una
persona discapacitada. Buena elección. Vivimos en la época de la imagen, del
pantallazo, y Benedicto XVI, obviamente, no era amigo de guiños populistas para
encandilar a las masas como había hecho su predecesor polaco. En otros tiempos
la Iglesia se hubiera podido permitir un Papa hierático y distante, pero
después del fenómeno Wojtyla, humanizado con el amor perdido de aquella novia
desaparecida en un campo de concentración nazi, el Papa Ratzinger, con su fría
intelectualidad prusiana, más que sumar restaba en los países latinos, donde se
plantea con toda su crudeza la hegemonía del catolicismo frente a los poderes
laicos y el avance de las confesiones protestantes.
De manera muy oportuna también en la biografía del pontífice jesuita
hay un tango; una novia malograda, un amor perdido para hacer realidad eso de
que los ricos también lloran. O los poderosos, pues no olvidemos el absolutismo
de los poderes de los cuales goza un Papa.
Confieso mi admiración por la escuela interpretativa argentina.
Siempre me ha impresionado la capacidad de actores como Alterio, Ricardo Darín,
Leonardo Sbaraglia, Luis Politi, Miguel Ángel Solá, Pepe Soriano, Walter
Vidarte, Federico Luppi, Cecilia Roth, Norma Aleandro, Ulises Dumont, Pablo
Echarri o Leticia Brédice. Son camaleónicos delante de las cámaras, y consiguen
trasmitir, con el más mínimo gesto, toda la dulzura, la ingenuidad o los rasgos
de carácter más sutiles, seduciendo a los espectadores con su enorme talento.
Muchos directores españoles han rendido homenaje al oficio de los
actores argentinos, que achacan a una impresionante formación teatral al estilo
de los anglosajones, otros monstruos de la escena.
Súmese a eso la maestría de la Iglesia en el montaje de los
deslumbrantes ritos vaticanos, con sus formaciones de guardias suizos, la
niebla de los incensarios, los coros angelicales adornados por el contraste del
grave retumbo de los órganos barrocos, el suspense de la fumata, el decorado de
la fachada de San Pedro, los espectadores alternado el recogimiento con el
delirio del éxtasis...
La puesta en escena del Papa Francisco desde el día de su elección es
digna de aplausos y ovaciones por parte del público puesto en pie. Sus guiños,
las sonrisas comedidas, la cuidadosa elección del vestuario más adecuado a unos
tiempos de crisis, el nombre de su personaje y ese saber romper la cuarta pared
mezclándose con el público lo sitúan entre los grandes. De caerse el pago en
persona de su pensión; podría haberlo hecho cualquier secretario sin detraer
tiempo de una agenda que debería estar ocupada con cosas más trascendentes,
pero Bergoglio improvisa el gesto oportuno sin despeinarse.
Francesca Ambrogetti, entrevistadora del entonces cardenal Bergoglio y
autora de un libro sobre el nuevo Papa decía ya mucho antes del cónclave "que
no le gusta el show, como a Juan Pablo II". Vaya. "Excusatio non petita pecata
manifesta". Quizás a Francisco no le vaya el género de teléfonos blancos, pero
el neorrealismo italiano-porteño lo borda. Ahora ya es el actor argentino más
importante del mundo. Si el Espíritu Santo se equivocó con Ratzinger, caído del
cartel por la enloquecedora luz de gas a la que fue sometido por los
tramoyistas vaticanos esta vez parece haber acertado en el casting.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (8)
19210 | B T-M - 20/03/2013 @ 10:41:20 (GMT+1)
Y una cosa más. Es usted, Manina, tan sencilla como el Papa. Se ve por su renuncia a utilizar mayúsculas.
19198 | B T-M - 19/03/2013 @ 20:57:56 (GMT+1)
Muchas gracias, Rosa. Falta me hace. A mí y a tantos otros. No nos engañemos. A nadie le obligan a ser obispo, y menos cardenal, es decir, príncipe de la Iglesia. Hay muchos humildes retirados en celdas, en apartados cenobios, en lejanas misiones, sacerdotes que han renunciado a cualquier cargo y jerarquía para vivir con los leprosos. ¿Pero cardenales? Para llegar tan alto es necesario ser ambicioso, y, parafraseando las conocidas palabras; hay que tragar muchos sapos para llegar a ser príncipe.
19196 | Rosa Paredes - 19/03/2013 @ 19:20:20 (GMT+1)
Querida manina, ¡no te afligas y reza por el alma del Sr. Traben!
Kroker, muy bueno el chiste...
saludos para todos.
19195 | B T-M - 19/03/2013 @ 18:38:03 (GMT+1)
Gracias por sus comentarios, estimados lectores y coautores de este periódico. Buen chiste, Kroker. Y en efecto, Rosa, tiene usted razón; se trata de un disfraz para una representación fastuosa. Siento quitarle magia al asunto, Manina. De su comentario deduzco varias cosas; una, sos argentina, católica o familiar del Berdoglio, por ese plural cuando decís "nos está pasando". Si no aprovéchese usted para apropiarse del plural mayestático del pontífice, pues supongo que dejará de usarlo y se limitará, como todos, a decir "hemos metido un gol" cuando el equipo de sus amores marque un tanto. Deduzco también su penoso trauma cuando se enteró de la verdadera identidad de los Reyes Magos, aunque supongo que siguió aceptando regalos en esas fechas. Esto funciona igual. Que la Iglesia use turiferarios para envolverse con nubes de incienso y disimular el hedor de los peregrinos no debe afectar a su fe. Y tercero. Su verdadera edad. Ese trauma de los Reyes debió suceder hace muchos, muchísimos años, pues desdeña usted a los actores con el mismo desprecio que les vetaba el alojamiento en el hotel Ritz de Madrid. Se puede ser un magnífico Papa y un fenómeno de la escena al mismo tiempo. Hoy día es casi imposible hacerlo de otro modo.
19192 | manina - 19/03/2013 @ 18:16:42 (GMT+1)
estoy indignada porque para una cosa buena que nos estaba pasando,llega usted señor traben,y me amarga la tarde.
19191 | kroker - 19/03/2013 @ 17:32:28 (GMT+1)
Muy bueno Traben. Solo se me ocurre un chiste fácil. Se ve a Jesucristo tumbado en un diván, y al Papa al lado como buen psicoanalista/psicólogo argentino. (Frase): " ¿y decís que de pequeño te perdiste a los 5 años y no apareciste hasta los 30?"
19181 | Rosa Paredes - 19/03/2013 @ 14:49:27 (GMT+1)
Hay que contar la película en versión original, como Vd. hace, y dejarse de disfrazar realidades.
Saludos
http://rosaparedes-rosa.blogspot.com
19179 | Rosa Paredes - 19/03/2013 @ 14:09:08 (GMT+1)
¡ Es buenísimo! Gracias.
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