jueves 14 de marzo de 2013, 09:37h
He
tenido el honor y la gran satisfacción de conocer al Papa Francisco I, en
Argentina, especialmente en los tiempos duros de la crisis en el país austral,
cuando Mensajeros de la Paz colaboraba en el mantenimiento de la Residencia
Sacerdotal de Buenos Aires.
Me sorprendió entonces por su sencillez y cercanía,
por su sentido práctico de las cosas, y por su espiritualidad, tan humana como
profunda. Quizá por eso no me haya sorprendido tanto la sencillez de su primera
imagen como Papa, porque es la misma que recuerdo de él en su despacho o
paseando juntos por las calles porteñas. Sin sorpresa pero con gran emoción y
por supuesto con gran alegría. Un Papa que llega a Roma del otro lado del
Atlántico, de la Iglesia de Latinoamérica, y que habla español como lengua
materna. ¡Bendito sea Dios!
Creo
que la Iglesia de hoy necesita a un verdadero Apóstol, como Pedro; a un pastor,
y que el Papa Bergoglio va a serlo. Amor y confianza han sido sus primeras
palabras. Su nombre es el del santo del desprendimiento, de la pobreza, de la
comunión con Dios y la naturaleza en su esencia más pura, y el de otro santo también español, el de un misionero que lo dio todo por llevar la palabra de
Dios al fin del mundo, de donde Francisco I ha venido, según sus propias
palabras.
Bendito sea este Papa que sale al balcón de San Pedro, austero,
llano, afable, un Papa que se presenta al mundo sólo con una sotana blanca y
una cruz en el pecho, pidiendo al pueblo que rece en silencio por él. Este que
es el primer Papa americano y el primer Papa jesuita, ojalá que también sea el
primero en ordenar a una mujer sacerdote.
Pido a
la Virgen María que le mantenga ajeno a todo lo que aleja la Iglesia de Dios y
de los hombres, que sea el Papa que nos devuelva la pureza y sencillez de los
primeros cristianos, y que trabaje por el progreso, la mejora y la puesta al
día de la Iglesia.
* El Padre
Ángel es Presidente y Fundador de Mensajeros de la Paz
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (2)
19041 | Cuquiña - 16/03/2013 @ 01:26:34 (GMT+1)
Padre Angel, participo de su alegría y de muchas de las cosas que vd. señala, al fín no es solamente Europa el eje de la jerarquía de la Iglesia, su pujanza cristiana se merece un papa ¡Y un Papa jesuíta, ya no solo tienen al papa negro, sino al Papa blanco, con una formación jesuítica tan extraordinaria, hondura de fé, conocimientos, opción por los pobres. Vd. habla de ordenación de la mujer, no creo que sea una prioridad, la iglesia no tiene que regirse forzosamente por la ley de igualdad de Aído, creo que hay cosas prioritarias, como puede ser la revitalización del Concilio Vaticano segundo. Dios nos ha dotado a las mujeres de la más maravillosa misión que se puede tener en este mundo, no por muy repetida menos excelsa, y es ser madres, ni ser Papisa puede llegar a tanto.
19032 | Laura - 15/03/2013 @ 20:56:34 (GMT+1)
El tema de la pobreza es obligación de los Gobiernos con una redestribución justa de la riqueza y de los impuestos. Sabrá usted Padre Angel, los excedentes de cereales y demás que se tiran en el "Primer Mundo", para no "tumbar los precios".
Lo cierto es que la Comunidad Internacional ha abandonado a Africa, que es tierra de los pobres entre los pobres, en una tierra rica en minerales y saqueo, olvidada y desconocida.
El hambre tiene culpables, incluidos los que miramos para otra parte.
Espero del Papa Francisco, que remueva LAS CONCIENCIAS.
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