lunes 04 de marzo de 2013, 14:02h
Lo
peor que tiene un alumno es querer imitar al maestro cuando no se
tiene ni su capacidad, ni su formación, ni sus conocimientos. Se
lanzan teorías y se engola la voz sin saber que es cuestión de
razones y no de pulmones.
Partiendo
de no admirar al jefe de los "chicos de Chicago" pero leyendo su
libro "Teoría del statu quo", se entiende que el alumno Montero
quiera impartir lecciones magistrales sobre temas que no conoce. En
una entrevista a un diario económico dice, en referencia a
Catalunya, que "lo que en mi opinión va a desactivar el movimiento
independentista es la salida de la crisis económica y por eso la
financiación del Estado juega un papel esencial". En otro medio,
le pide a Catalunya que establezca nuevas medidas de ahorro.
Es
de una ingenuidad infantil o de un gran desconocimiento, grave en su
caso, el ligar la salida de la crisis económica al ideario
independentista. Eso es confundir deseos con realidades y auto
hacerse trampas. No soy independentista, sino todo lo contrario, pero
conozco el sentir de estas personas y puedo asegurar que, por muchos
tópicos que se difundan sobre el espíritu mercantil de los
catalanes, este sentimiento tiene que ver más con algo íntimo que
con algo crematístico.
Es
cierto que una mejor financiación en cuanto a su educación,
sanidad, servicios sociales e ímpetu empresarial sosegaría este
país, ya que ello afectaría a la calidad de vida, así como, el
ver retornar unos ingresos que han sido utilizados, muchas veces, en
el resto de España, para construir aeropuertos, autopistas o trenes
que no han supuesto ningún beneficio para el ciudadano.
Montero
pide a Catalunya nuevas medidas de ahorro. Creo que ha leído los
informes al revés. El pedir en estos momentos más ahorros en
detrimento de la calidad de vida y cuando se percibe el despilfarro
en otras latitudes es menospreciar a un pueblo dándole unas recetas
que chocan con su idea de "adormilar" el independentismo".
Mejore
la financiación, visite Catalunya y pídale a sus "Bárcenas boys"
que sean ellos los que adopten medidas ahorrando donaciones muy
propias de quién, como buenos cristianos, creen deben pagar diezmos
y primicias.
Miguel
Soláns Soteras