El síndrome de la pancartitis aguda
jueves 28 de febrero de 2013, 12:06h
No es verdad que el 28 de febrero sea el gran día de Andalucía. El
verdadero Día de Andalucía, el día en el que cientos de miles de
andaluces se echaron a la calle para reinvindicar su autonomía fue el 4
de diciembre. El 28-F fue una fecha impuesta por los partidos
antiautonomistas para la celebración de un referéndum que, aunque logro
sus objetivos finales, no consiguió esa mayoría en todas las provincias
andaluzas necesaria para acceder a la autonomía plena. Resulta curioso
como partidos de carácter plenamente centralista, como PSOE o PP, se
colocan ahora al frente de las manifestaciones reivindicativas de la
autonomía. ¡Quién los ha visto y quien los ve! Ni uno ni otro han jugado
jamás a favor de Andalucía. Uno, el PSOE, por su propia estructura
federalista, el otro, el PP, por su marchamo nacional. Ambos han
engañado a los andaluces y han acabado erradicando cualquier movimiento
político de estructura nacionalista que nos hubiera dado la posibilidad,
como se la ha dado a catalanes, vascos, gallegos e incluso canarios, de
ser árbitros de condicionar la política de los dos grandes fuerzas que
conforman el bipartidismo español, teniendo un grupo propio y
diferenciado en el Congreso de los Diputados. Algo que consiguió el PA
con Rojas Marcos en las primeras elecciones generales y que, por
desgracia para los andaluces, no ha vuelto a repetirse por el acoso y
derribo del nacionalismo de los dos grandes partidos, la venta al mejor
postor del PA y el nefasto personalismo de sus líderes.
Por eso
cuando ahora la Junta de Andalucía y el PSOE se ponen al frente de las
movilizaciones que el 28-F recorrerán las calles de casi todas las
capitales andaluzas, a uno, que ha vivido en primera persona el
complicado periodo de la transición, le entra la risa floja y le da
verguenza ajena contemplar a Pepe Griñán alentando la lucha por
Andalucía en contra del Gobierno central. Ja. No te jode el Blas
Infante. En serio, ¿alguien con dos dedos de frente puede creérselo? ¿Se
imaginan a Griñán, a la Junta y al PSOE convocando manifestaciones
multitudinarias contra el Gobierno de Rodríguez Zapatero por más que
éste hubiese castigado a Andalucía y beneficiado a Cataluña, como hizo
en su momento? El asunto es subirse al carro del descontento general por
los recortes para proclamarse autonomista, andalucista, nacionalista y
todos los istas que hagan falta. Y si, además, tienen el apoyo de los
dos sindicatos verticales (ellos se llaman de clase), UGT y CC.OO., miel
sobre hojuelas. No sé si, pese a la lluvia anunciada y al frío, las
manifestaciones comvocadas en todas las capitales andaluzas tendrán
éxito. Lo que sí sé es que habrá muchas banderas republicanas, rojas de
la UGT y CC.OO., blanquinegras de la CNT y muchas pancartas contra el PP
y Rajoy. Me extrañaría que hubiese banderas andaluzas, que por otra
parte sería lo lógico en este 28-F, porque la consigna de los
manifestantes es hundir como sea al PP. El resto, seamos serios, se la
trae al fresco a Griñán, a Valderas, a Pastrana y a Carbonero. Como se
la trae al fresco Andalucía como comunidad histórica al mismo nivel que
Cataluña, País Vasco o Galicía. A Griñán le ha entrado el síndrome de la
pancartitis aguda como única forma de salvar los muebles de un Gobierno
agobiado por los escándalos y totalmente inoperante-
Anoche, la
fachada del palacio de San Telmo estaba completamente iluminada. Su
puerta principal estaba abierta a las nueve de la noche y dentro se
podían ver algunos de los salones encendidos. El presidente de la Junta,
Pepe Griñán, daba una cena de recepción a los hijos predilectos y
medallas de oro de Andalucía. En petit comité, claro, sin periodistas
que dieran fe de lo que ocurría en los salones barrocos de palacio, no
vayamos a fastidiarla. Hoy, el acto de entregas de medallas se ha
adelantado y se ha suspendido la tradicional recepción posterior para
que los miembros del partido socialista puedan acudir a encabezar las
manifestaciones. Es lo malo que tiene la perpetuación de un régimen, que
se llega a confundir la parte con el todo, que los actos partidistas,
como son las manifestaciones del 28-F, están sobre los actos
institucionales de una Junta, la de Andalucía, que se cree dueña y
señora del sentir de todos los ciudadanos, y de un partido, el PSOE,
que, pese a haber perdido las últimas elecciones, se autoconsidera
representante único de una colectividad, la andaluza, presa de un
régimen pseudodictatorial que acabará por hundirla en la miseria.
Algunos,
cada vez menos, seguimos echando de menos aquel espíritu del 28-F de
1980 que pudo cambiar el signo tercermundista de esta tierra condenada a
una mexicanización política por un régimen institucionalizado sobre el
que ni la corrupción sistemática ni el hartazgo continuista parece hacer
mella. Es lo que la mayoria ha elegido y lo que el resto tenemos que
soportar. La cuestión es ¿hasta cuándo? ¿cuánto tardará el pueblo
andaluz en darse cuenta de su error? Yo ya se lo anticipo, nunca. Es lo
que hay. Como decimos por aquí abajo, agua y ajo.
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