El Duque de Palma, Iñaki Urdangarin, llegó en un Peugeot 406 a los Juzgados de Vía Alemania en Palma de Mallorca, después de
aterrizar a las 08.50 horas en el aeropuerto de Son Sant Joan, junto a su abogado,
Mario Pascual, y el secretario de las Infantas, Carlos García Revenga,
en un avión de Iberia procedente de Madrid. Después, llegó a las 09.12 horas a los
Juzgados, y a
su llegada, no ha hecho declaraciones a los más de 200 periodistas que
le esperaban.
Al igual que hizo el año pasado,
Urdangarin, que ha llegado con abrigo oscuro y bufanda con colores rojos y verdes, ha bajado andando la rampa que separa la puerta de entrada a los Juzgados de la calle.
Previamente, unos minutos antes, habían llegado los fiscales Anticorrupción,
Juan Carrau y
Miguel Angel Subirán.
A su llegada, Urdangarin ha sido recibido por un centenar de personas situadas a una manzana de la entrada al grito de 'Devuelve el dinero', al tiempo que ha recibido varios insultos, como 'ladrón'.
De esta manera, a diferencia de lo que sucedió en su primera declaración ante el juez, Urdangarin no ha dormido en el Palacio de Marivent, ni llegará a la capital balear acompañado de la Infanta Cristina.
Fuentes del Palacio de Zarzuela han explicado que ha sido el propio Urdangarin quien se ha dado cuenta de que, a diferencia de lo que ocurrió hace un año, no procede que se aloje en la residencia estival de la Familia Real que la Diputación de Baleares cedió a principios de los 70 a los entonces príncipes
Juan Carlos y
Sofía.
Hace justo un año, cuando el duque declaró como imputado por vez primera ante Castro, él y su esposa durmieron la víspera de la comparecencia en los juzgados en la residencia de Son Vent, anexa al Palacio de Marivent.
El interrogatorio a Urdangarin se producirá una semana después de la declaración ante el juez de su exsocio
Diego Torres, quien reforzó con numerosos correos electrónicos y otros documentos su comparecencia ante el instructor del caso Nóos.
Posteriormente, el magistrado tomará declaración a las 13.00 horas a quien fuera miembro de la junta directiva de Nóos
García Revenga, cuyo nombre figura en varios de los emails aportados por Torres y que revelan la labor de asesoramiento que habría llevado a cabo con el Duque respecto a su actividad empresarial, lo que llevó al juez a acordar su imputación en el marco de este complejo procedimiento judicial.
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