A igual trabajo, igual salario
jueves 21 de febrero de 2013, 07:57h
Cuando se habla de la
reforma laboral se olvida sistemáticamente la diferencia salarial entre hombres
y mujeres. España es uno de los países de la Unión Europea donde estas diferencias
son más elevadas. Los últimos datos
disponibles señalan que la ganancia media anual femenina supone el 78,1% de la
masculina. Esto quiere decir para cobrar lo mismo que los hombres, las mujeres
deben trabajar 82 días más al año. Una verdadera injusticia.
La crisis
y el paro no han contribuido a mejorar esta situación, todo lo contrario, la ha
incrementado. El mercado laboral considera el trabajo de las mujeres como algo
secundario. Para la mujer son los empleos parciales, más precarios y con menor
retribución. En los cuadros directivos, las diferencias entre hombres y mujeres
se convierten en abismales. Para que una mujer consiga un alto cargo, ha de
trabajar más y mejor, e incluso ha de aceptar una menor retribución.
Sin embargo, en estudios y formación, la mujer
va en cabeza. Las universidades están llenas de mujeres, y son las que mejores
notas consiguen. Esta mejor preparación exigiría una mayor igualdad, pero una
vez terminados los estudios, todo se convierte en papel mojado. Cuando se abren
al mercado laboral, se marginan los méritos, se olvida la paridad y surgen los agravios comparativos.
Contra estas diferencias salariales que tanto discriminan a
la mujer, hay que seguir insistiendo en una propuesta cien por cien equitativa:
A igual trabajo, igual salario. Esta
exigencia, tan llena de sentido común, no es de ayer, precisamente. Esto se
reclamó por primera vez en 1932, y aún
está lejos de conseguirse.