Cardenales (elogio a Ellacuría)
miércoles 13 de febrero de 2013, 08:12h
Conocí a Ignacio Ellacuría una tarde de los ochenta,
mientras estudiaba una carrera más fría que su pensamiento, en un salón de
actos grande, no recuerdo si el de la Complutense, abarrotado de admiradores
por un sacerdote jesuita, folósofo, que andaba revolucionando un mundo que
tratábamos de cambiar.
No recuerdo por qué, ni siquiera el día, el mes o la hora.
Recuerdo su presencia delgada trasladándonos una realidad que aspirábamos a
conocer aquellos que todavía soñábamos con una América liberada.
Ahora que los cardenales van a elegir al Sumo Pontífice, le
pregunté a Rafael Navarro Valls, ayer mismo a la mañana, si había alguna
posibilidad de que la jerarquía pudiera dar un giro superlativo para acercarse
al mundo de aquellos que más sufren.
Xavier Zubiri se había presentado décadas antes ante los
filósofos y el talento con una filosofía de la realidad que uno de sus mejores
discípulos, Ignacio, había tratado de llevar sistematizada al problema de los
pobres.
La verdad de la realidad, decía Ellacuría cocinando a su
manera las ideas de Zubiri, no es sólo lo que hemos hecho, sino lo que está por
hacer. No debemos esperar sólo a ganarnos el Cielo, sino, decía, a que éste
invada nuestra realidad cotidiana.
Porque hay un Jesús histórico, señalaba, que exige liberar a
los pueblos de las opresiones, del hambre y de la miseria. Un Jesús histórico,
una verdad real en el sentido de Zubiri, que nos hace luchar por mejorar lo que
tenemos, lo que tienen nuestros semejantes, sin tener que esperar a ganarnos el
infinito contemplando miserablemente cómo sufren los más cercanos.
Este pensamiento, tan alejado de algunos cardenales, llevó a
aquel sacerdote vasco, jesuita y próximo, a cruzar selvas y enfrentarse a las
desigualdades de una Centroamérica cansada de esperar.
Sean ustedes creyentes o no lo sean, la influencia de la Iglesia sobre la gente,
practicantes o no, es tan grande que tiene una responsabilidad más allá de
elegir a alguien que interprete la voluntad del Espíritu.
Buscarán los cardenales entre ellos mismos a alguien que les
diga que "el Reino de Dios está dentro de vosotros". Pero la jerarquía, puede
que de nuevo, no lo entienda y, en el seno de su propio conservadurismo, elija
un Papa que sólo haga bien sus cosas.
Antes de que llegue un nuevo pelotón, como aquel día de
noviembre de 1989, cuando el batallón Atlácatl entró en la residencia
universitaria de la Universidad
Centroamericana José Simeón Cañas, de San Salvador, a
llevarse la vida de Ignacio para dejar entre nosotros su obra.
@AntonioMiguelC
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
18092 | Cuquiña - 14/02/2013 @ 13:07:04 (GMT+1)
El Jesuíta Ignacio Ellacuría asesinado junto a varios colaboradores, es uno de los héroes de la Iglesia que supo hacer de puente entre la Teología de la Liberación y la iglesia oficial, su vida ejemplar al servicio de los más desfavorecidos es todo un modelo. Dice vd. que a ver si los cardenales eligen mejor, como si hasta ahora no se hubieran preocupado de los pobres, son miles los misioneros, monjas y seglares repartidos por todo el mundo y entregados a los menos favorecidos, no será un socialista el que pueda dar lecciones a la mayor ONG que existe. Y un ejemplo cercano ¿a cuántos nuevos pobres fabricados por vds. dan de comer su partido o los sindicatos? a ninguno, menos lecciones a los que cumplen mucho mejor que vds.
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