La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings ha confirmado la
nota 'BBB' de la deuda soberana de España a largo plazo, aunque ha
decidido mantener su perspectiva en 'negativa', según informa en un
comunicado, en el que destaca la fortaleza de las exportaciones y la
mejora de la competitividad, entre otros aspectos.
En concreto, Fitch explica que una de las razones de esta decisión es
que sus previsiones recogen que la deuda pública seguirá por debajo del
100% del PIB pese al asumido cierto desvío de los objetivos fiscales y a
que el país continuará durante 2013 en una "profunda recesión".
La agencia asume que el ratio de deuda de España alcance un máximo
del 96% del PIB en 2014-2015, incluido el apoyo a la banca española,
cifra que considera "asumible". En su opinión, el volumen de las ayudas
al sector bancario español no superarán los 60.000 millones de euros,
cifra que incluye lo aportado por el FROB en 2011.
Además, cree que la economía comenzará a recuperarse en 2014, una
vez que se alivien las presiones que suponen la austeridad fiscal y las
condiciones de financiación, y calcula que el potencial de crecimiento
del país en el medio plazo es del 1,5%.
En este sentido, explica que mantener el rating de España en grado
de inversión refleja además que el país tiene aún cierto margen de
maniobra en materia fiscal, aunque "significativamente reducido", pero
agrega que estas previsiones de deuda son sensibles a posibles 'shocks'.
"El compromiso de la autoridades para reducir el endeudamiento
público es fuerte, pero llevará varios años más eliminar el déficit
fiscal en términos estructurales", afirma Fitch, que califica la
economía española de "diversificada y con un relativamente alto valor
añadido".
En esta línea, también subraya que el ajuste de la balanza de
pagos de España se está produciendo a un ritmo más rápido del esperado,
lo que refleja en parte la fortaleza de las exportaciones y la mejora de
la competitividad.
Capacidad de financiaciónPor otra parte, subraya que España ha demostrado su resistencia y
flexibilidad financiera durante la crisis, y que el plazo medio de su
deuda pública sigue siendo mayor que en otros países con ratings
similares pese a haberse reducido recientemente. Así, añade que si
España recurre a la ayuda del Banco Central Europeo (BCE), la petición
en sí misma no tendrá ningún impacto en la nota.
En esta línea, explica que el actual rating está basado en que
España mantendrá su acceso al mercado y en que el Gobierno pediría ayuda
a sus socios europeos en el momento adecuado en caso de que sea
necesario para evitar tensiones innecesarias en la liquidez.
Por otro lado, añade que el rating de España es menor que el de
otras grandes economías avanzadas debido al gran riesgo que representan
para su solvencia el ajuste económico y financiero dentro de la
eurozona. "Las perspectivas de crecimiento son inciertas, todos los
sectores de la economía están relativamente endeudado y el desempleo es
excepcionalmente alto", agrega.
Cambios en el rating
Respecto a la perspectiva 'negativa', indica que existen varios
factores de riesgo que podrían llevar a una rebaja de la calificación,
como que el país no logre situar el ratio de deuda pública en una senda
descendente en el medio plazo o que haya una mayor incertidumbre sobre
el mantenimiento de la postura de España en política económica y fiscal.
Asimismo, considera un riesgo que se produzca una recesión más
larga y profunda de lo que se prevé, lo que socavaría los esfuerzos de
consolidación fiscal y empeoraría la calidad de los activos de la banca
más de lo que se anticipa.
En esta línea, advierte de que también podría provocar una rebaja
de la calificación un "deterioro sostenido" de las condiciones de
financiación como consecuencia de una intensifciación de la crisis de la
eurozona. "Esto se contagiaría a un endurecimiento de las condiciones
de crédito para el sector privado y en una recesión más profunda",
remarca.
Por el contrario, añade que podría cambiar la perspectiva a
'estable' si se produce una perspectiva más segura de una sostenida
recuperación económica que lleve a una estabilización del mercado
laboral y a unas mejores dinámicas fiscales.
Asimismo, también mejoraría el rating de España si existen más
evidencias de que la estrategia fiscal del Gobierno provoca una
reducción sustancial del déficit en 2012 y 2013, lo que reduciría los
riesgos en las perspectivas del ratio de deuda. Además, consideraría
"positivo" una mejora de la competitividad internacional de España y la
implementación de reformas que mejore el crecimiento.
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