Con lo
que está cayendo, bueno será soñar con un febrero optimista. Nos agarraremos, para
ello, a una buena noticia que nos viene de Berlín. La todopoderosa señora
Merkel,
que primero nos olvidó, luego nos echó la bronca y más tarde nos leyó la
cartilla, ahora se nos ha dulcificado, y ha mostrado su respeto y admiración por
las reformas que se han hecho en España. Según ella, hemos hecho bien nuestros deberes
y vamos por buen camino. De ahí al
cariño, solo hay un paso.
Y para
confirmar estas buenas vibraciones, el presidente
Rajoy ha presentado un avance
de un importante paquete de medidas que se aprobarán este mismo mes, con el fin
de estimular el crecimiento económico y el empleo, en beneficio de las pequeñas
empresas y los jóvenes. Parece ser que se ha terminado la era de los recortes y
comienza la de las inyecciones.
Las
pequeñas y medianas empresas, así como los autónomos, necesitan inyecciones de
créditos, para que sus iniciativas tengan éxito. Nuestros jóvenes necesitan una
inyección de futuro, con la creación de nuevos puestos de trabajo. Y la clase
media, que está aguantando el peso de la crisis, necesita una inyección de
moral.
La Unión
Europea acusó a España de vivir por encima de sus posibilidades. Hemos
reconocido la culpa y hemos pagado la factura. Ahora estamos haciendo
sacrificios también por encima de nuestras posibilidades. Nos hemos ganado a
pulso el respeto y la admiración de la señora Merkel. Pero no es suficiente. Es
hora de pasar página y de ver la luz del final del túnel. Esperamos mucho de
este febrero. No nos defraude, señor Rajoy.
Lea también:-
El apoyo de Merkel, fuerte pero solitario para un Rajoy debilitado en el plano internacional-
La Troika pide a España más ajustes y Rajoy promete un febrero 'caliente'