La lista
La libreta de Barcenas puede hundir a Rajoy
viernes 01 de febrero de 2013, 14:14h
El principal perjudicado por la aparición de la libreta manuscrita que
se atribuye al ex-tesorero del Partido Popular es su presidente y
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Si los apuntes realizados por
Luis Bárcenas durante más de diez años responden a lo sucedido, aunque
sea sólo en parte, el líder de la derecha española tendría que dimitir y
dejar que otra persona de su partido asumiera las tareas de gobierno,
tanto por la dimensión del escándalo en España como por la repercusión
internacional del caso y su influencia en la imagen de nuestro país.
La
secretaria general de los populares durante la difícil y dura rueda de
prensa que tuvo que afrontar en solitario tras la publicación de la
lista por parte del diario "El País", tuvo razón en una cosa: la
aparición de las notas manuscritas - que dos grafologos autentifican
como salidas de la mano de Barcenas - rompen el discurso del presidente
del Gobierno y dificultan aún más la salida de la crisis económica,
justo cuando parecía que habíamos tocado fondo. Del resto de temas, las
explicaciones fueron insuficientes. Tal vez porque la propia Dolores de
Cospedal no podía ir más lejos. Ella aparece en esa lista, pero los dos
meses que se le atribuyen de ingresos directos parecen indicar que fue
ella misma la que cortó con el procedimiento y pidió a Rajoy que
Barcenas saliera de la tesorería del partido, algo que ocurrió algunos
meses más tarde.
Si para los españoles el créditos de la clase
política está por los suelos, la aparición de esos siete millones y
medio de euros distribuidos aparentemente entre los dirigentes del PP es
la puntilla que faltaba para que sea la propia sociedad la que exija no
sólo el castigo para los responsables, también un cambio radical en la
estructura, modos y maneras en la vida pública. No se pueden imponer
medidas de ajuste durísimas y recortes en todas las prestaciones, desde
las sanitarias a las educacionales o a las pensiones, y que aparezcan
desviaciones de dinero hacia los gestores públicos. Y desde el ámbito
internacional ya están llegando las reacciones que pueden cerrar el
círculo en torno al presidente y llevarle a una renuncia, a la que por
otra parte se va a resistir con todas las armas que posea: para empezar
con una querella contra el autor de los apuntes, y puede que contra los
que los han difundido. Siendo lógica la reacción, pues es la única
posible en estos momentos, su recorrido es muy corto dado que la
aparición de nuevos escritos y testimonios supondrían le dejarían en
peor lugar ante la opinión pública en general y ante los militantes y
votante de su partido en particular.
Hay nombres de dirigentes
del PP que no aparecen en la libreta: no aparece Soraya Sáenz de
Santamaría, no aparece Alberto Ruiz Gallardón, no aparece Esperanza
Aguirre - a la que algunos desde dentro del partido quieren colocar
como responsable de la filtración - y eso les da a los tres una ventaja
sobre el resto. Una ventaja y un inconveniente ya que sí se tiene que
producir un relevo en la doble cúpula de gobierno y partido la lucha
puede ser brutal y de incierto resultado.
Junto a la teoría de la
conspiración contra el gobierno y el partido que lanzan desde la sede
central de la madrileña calle Génova, aparecen las exigencias de la
oposición de todo signo y entre las que algunas suenan bastante mal: por
ejemplo las peticiones del presidente de la Generalitat, Artur Más,
pidiendo una cumbre contra la corrupción mientras no termina de explicar
las cuentas de su formación y los escándalos judiciales que salpican
tanto a Convergencia Democrática como a su socio, Uniò. Más lógicas son
las de Izquierda Unida para que Rajoy dimita, y a medio camino las de
PSOE, pidiendo una Comisión en el Congreso y la comparecencia del
presidente del Gobierno. Los partidos se cuidan mucho de alentar el
posible uso del ventilador que afectara a todos y creara una crisis
institucional de tal tamaño que se llevará por delante el modelo
democrático que funciona desde hace 35 años.
Esta hipótesis y la
situación global de las formaciones políticas en su imagen social es lo
que lleva a algunos dirigentes a pensar que podemos estar ante el
intento de implantar en España el modelo italiano: un gestor "
independiente y con prestigio" al que los partidos le darían su apoyo
parlamentario ante la imposibilidad de alcanzar acuerdos de gobierno
entre ellos mismos, en principio sin elecciones anticipadas, pero con la
vista puesta en el año 2014 y no en el periodo natural de esta
Legislatura.
Sean cuales sea las razones que han llevado a sus
protagonistas a esta situación, desde la justificación de Bárcenas de su
abultado patrimonio en Suiza a los deseos externos e internos de
cambiar la dirección del PP, pasando por la amnistía fiscal del ministro
Montoro, lo real para la sociedad española es que sus políticos y las
formaciones en las que militan ya no tienen los apoyos que salieron de
las urnas hace poco más de un año. Partido en trozos minoritarios el
"pastel" de los votos,ahora mismo ni PP, ni PSOE representarían al 50
por ciento del electorado, algo inédito en nuestra democracia donde los
dos grandes partidos nacionales han llegado a tener más del ochenta por
ciento de representación de esos mismos ciudadanos.
El
bipartidismo imperfecto que se instauró en nuestro país a partir de
1982, con la corrección de las formaciones nacionalistas, esta en crisis
o desaparecido para siempre. Se necesita una catarsis profunda de
estructuras, métodos y personas en la vida pública, desde la propia
institución monárquica a las reformas constitucionales que sea
necesarias, y el desarrollo de las leyes electorales que deben
propiciar una mayor participación de los ciudadanos y una menor
burocracia en las organizaciónes.