Cataluña: intereses estériles
miércoles 16 de enero de 2013, 07:38h
El desafío soberanista de Cataluña, planteado a
través de una visión propia de mesianismo del señor Mas, está en marcha. El
visionario que se catapultó hacia la tierra prometida que nadie le pidió que
prometiera, ahora tiene profetas de compañeros de viaje. Todos sabemos ya lo
que se vivió en la manifestación del 11 de septiembre. Pero el por aquel
entonces poderoso gobierno de Mas, un poco menos ahora, creía ver más allá de
la manifestación. Pues bien, el resultado ya lo conocemos. Por no haber llegado
a la tierra prometida de los 68 escaños del absolutismo ansiado, tuvo que llegar
de la mano de los refortalecidos independentistas de Esquerra, nuevos socios
que compartirán glorias o derrotas en las batallas contra el "Estado
opresor". Mare de Deu que diría un catalán del Empordà.
Desde entonces, el proyecto secesionista está haciendo mucho daño a Cataluña y,
en la medida en que hace daño allí, también lo hace a España. Hay un símil en
positivo que se utiliza mucho en estas tierras, aunque por más que lo miro no
me salen las cuentas. Es el caso de Quebec. Dicen que cuando una rama
importante del árbol corre riesgo de desgajarse, el árbol sufre. Pero sufre más
la rama ya que es la única que muere seguro. Por tanto, estos gestos de poder
no benefician en nada ni a nadie. Insisto porque insisten, y en Cataluña se
empeñan en tomar como referencia el lejano Quebec al que casi ven como una
nueva veguería. Que por cierto, esta última denominación fue recuperada con el
nuevo Estatuto de autonomía. Al municipio se añade comarca, circunscripciones,
veguerias y provincias. ¡Aquí lo que faltan son más diputaciones!
Pues amigos todos, de ultramar o del aranés, en Quebec hubo una deslocalización
de empresas de Montreal a Toronto por culpa del último intento de
independencia. ¿Podría pasar lo mismo en Cataluña? Pues no hay una respuesta
fácil, o al menos definitiva, pero lo que sí es cierto es que hoy en día, sólo
con las noticias de los proyectos, la inversión hacia Cataluña se ha frenado.
El primer paso es que las empresas extranjeras dejan de invertir porque no se
fían de si lo pactado con unos serán desdicho por los otros. Lo segundo es que
empresas del resto de España, si tienen otra alternativa, invierten en otro
sitio. Recordemos las palabras del señor Lara, valuarte de la empresa catalana
y con peso internacional a través de su holding empresarial que puede
ejemplificar el tercer paso. Según afirmaba, las empresas que están localizadas
en Cataluña empiezan a considerar la deslocalización como una medida de
prudencia.
¿Crear un estado genera empleo y negocio? No hay datos que así lo certifiquen
porque, de haberlos, esto ya se hubiera producido o sería el argumento de peso
desde el gobierno de la Generalitat.
Esta semana, desde el púlpito de las lamentaciones que comienza a ser el atril
del gobierno catalán, el portavoz del Govern y conseller de Presidencia,
Francesc Homs, ha reprochado al Gobierno de Mariano Rajoy que vea
inconstitucional "cualquier cosa que hace Cataluña", e incluso
afirmaba, con cierta ironía, que un día hasta declararán inconstitucional el
respirar en catalán. Ya no es sólo hablar o pensar, ahora también se respira en
función de tu comunidad autónoma. ¡Ale! Tambores de guerra y cuchillos
afilados.
Las intenciones soberanistas contrarias a la Constitución condicionan una
legislatura controvertida. Por recordar historia para comprender la esterilidad
conque nace este reto, esta utopia tengamos en cuenta lo siguiente. Es obvio
que la Constitución española de 1978, la que vale, no establece el derecho a la
secesión. Y dado que este argumento no es en sí concluyente, este que les habla
ha oído en tertulias radiofónicas en Cataluña comparaciones con otras cartas
magnas de dudoso origen y desdichado final. En concreto se habla de lo que
sucedía con la Constitución yugoslava de 1974 o la soviética de 1977, ambas
tristes comparaciones si Cataluña las quiere como paradigmas de la democracia y
en consecuencia camino a seguir.
El debate en la calle está muerto, en el parlament vivo, y en los medios
provechoso. Convergència i Unió y sus necesarios socios de Esquerra han
aceptado suavizar el borrador de la declaración soberanistas, que se debatirá
el día 23 en el Parlament, y también suprimir que el objetivo del referéndum es
conseguir que Cataluña se convierta en un futuro en un nuevo Estado de la Unión
Europea. ¿Entonces, qué quieren que sea? ¿Quizá un principado libre asociado o
un estado pseudo independiente como Puerto Rico de los Estados Unidos? Hagan
apuestas.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (3)
22344 | m33 - 30/06/2013 @ 21:31:59 (GMT+1)
Patético artículo de uno que solo ha visto Catalunya en postal (y pocas veces).
22341 | FERRY PEREZ - 30/06/2013 @ 11:32:54 (GMT+1)
Dios de tea y si existe que nos ayude a los catalanes a conseguir la independencia. Este Sr. Sagarduy, que tiene nombre y apellidos vascos, con la juventud que crfeto que tiene, parece que haya vivido bajo LOS ALOS DE franco, destila odio hacia todo lo catalán, no puede simularlo. ¡ADEU ESPAÑA
17075 | kroker - 17/01/2013 @ 10:31:43 (GMT+1)
Cuando una rama del árbol crece fuera de la copa, pone en peligro toda la planta, cierto. Lo más prudente y lo que hacen los agricultores es cortar esa rama para que no perjudique al resto de la estructura. Pues nada, referéndum consultivo para todos, catalanes y resto de españoles. La pregunta para nosotros sería: ¿Quiere usted a Cataluña fuera de España?.
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