miércoles 09 de enero de 2013, 07:45h
El comisario de Empleo de la Unión
Europea ha reclamado al Gobierno de Mariano Rajoy "una estrategia bien
enfocada" para reducir el paro, y entre las medidas necesarias ha apuntado
el impulso a los autónomos. Pues la mejor forma de impulsarlos, es muy fácil. Que
los autónomos cobren puntualmente.
Desgraciadamente no es así. El vicio de
las administraciones públicas de retrasar los pagos, ya se ha extendido a las
empresas privadas. La Plataforma Multisectorial contra la Morosidad ha
denunciado que las empresas del Ibex 35, es decir las empresas españolas más
importantes de la bolsa, pagaron a sus proveedores en 2012 con un retraso medio de 215 días,
plazo que casi triplica el máximo legal fijado en 75 días. De nada sirve exigir
multas ejemplarizantes, si el Estado y las empresas públicas tampoco dan
ejemplo.
Desde el
inicio de la crisis y por culpa de la morosidad ya se han cerrado 167.000
pequeñas empresas. Esto es el mundo al revés. Las empresas pequeñas financian a
las grandes y les dan hasta siete meses
de plazo sin intereses. Y por el contrario, llega Hacienda y les cobra
puntualmente el IVA de esas facturas impagadas. Con lo cual, la financiación es
doble. Por un lado, la demora de la factura; por otro, el anticipo del impuesto.
A causa
de esta morosidad y esta coacción fiscal, muchos autónomos tienen beneficios sobre
el papel, pero en realidad están casi en la ruina. Por eso no pueden crecer ni
pueden contratar a nadie. El Gobierno
debe evitar que las grandes empresas se
hagan más grandes a causa del trabajo de las más pequeñas. Que paguen a tiempo, porque si lo hacen, el
autónomo tiene ingenio, empeño y ganas para sacar su negocio adelante.