Fin del mundo como catástrofe natural o como mandato divino. Ésa es la cuestión. Por alguna razón el hombre actual ama el catastrofismo y alimentar el morbo de estas teorías, llevando al máximo el consumo de informaciones y demás reportajes sobre el tema. El calendario maya, la teoría de la onda cero... no son más que una suma de misticismo y superstición que entusiasma al gran público.
Pero ahora llega el humor: