Mientras los otros diputados
de ERC blandían desde sus escaños carteles con la leyenda
"Keep Calm and
speak catalan" ("Manten la calma y habla catalán"), su portavoz,
Alfred Bosch, gritaba a pulmón partido que "No nos moverán. No
acataremos" la reforma educativa de
José Ignacio Wert y mucho menos la equiparación del
castellano al catalán en la enseñanza en aquella región autonómica. Bosch comparaba
la reforma educativa del Gobierno con el franquismo, y afirmaba a grito pelado
que no iban a respetar la ley ni aunque le mandaran la Guardia Civil.
En ese sentido, el diputado
independentista preguntaba a Wert que si para hacer cumplir la futura ley en
Cataluña el Gobierno va a poner un guardia civil en cada aula, y hacía subir el
debate de tono preguntando, a grito pelado, "por qué quiere liquidar la
escuela en catalán" y advirtiendo de que el Gobierno no conseguirá romper a
la sociedad catalana "por la lengua u origen": "Ya vale de
tonterías con la lengua, ya vale de tocar lo más querido. Estamos hartos de su
prepotencia y malas intenciones".
Todos contra Wert, 'el
ministro talibán de la Conferencia Espiscopal'La insumisión, o más
rebelión, anunciada por Bosch fue espectacular, pero en realidad, éste ha sido un
miércoles negro para el ministro de Educación, como también lo fue para el
presidente Rajoy y la vicepresidenta Sáenz de Santamaría y para
el aún ministro
de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. Lo cierto es que contra Wert se han
lanzado absolutamente toda la oposición parlamentaria.
Por ejemplo, en un tono
muy similar al de Bosch, el diputado de ICV
Joan Coscubiela acusó al ministro
de Educación de querer "uniformar y segmentar" (como hiciera
Franco)
al alumnado con su reforma educativa, expulsando del sistema a los 'fracasados'
para que dejen de ser un 'obstáculo' para los 'excelentes'. También le acusó de
querer "mercantilizar" la enseñanza favoreciendo al modelo privado, segregando
al alumnado por sexo y favoreciendo a la jerarquía católica: "Es un modelo
talibán".
Como no hay dos sin tres,
el parlamentario del PSC
Francesc Vallès tomó el testigo para advertir al Gobierno
que ha generado "un conflicto social y civil" por el tratamiento de
las lenguas en el borrador y ha insistido en que si Wert quiere
"imponer" una lengua sobre otra, "debería ser cesado": "Su
mandato tiene fecha de caducidad y la lengua seguirá ahí porque va a contar con
la oposición de todo un pueblo". Desde la bancada socialista se le ha
dicho con mucha sorna a Wert que "usted será el ministro de la Conferencia
Episcopal".
Y como no hay tres sin
cuatro, el broche final lo puso el portavoz de CiU,
Josep Antoni Duran i
Lleida, que bajó a la arena política para comparar el "ataque" de
Wert al catalán con los intentos de "Felipe V y Franco" de acabar con
esta lengua cooficial con el castellano a través de la Ley de Mejora de la
Calidad Educativa (LOMCE), presentada la pasada semana por el Gobierno.
"El castellano no
corre ningún peligro y somos los primeros interesados en que se conozca esta
lengua, pero a nuestra manera, tal y como lo ha defendido la comunidad
educativa", dijo Duran, para quien el Gobierno "se equivoca" porque
la lengua "no es negociable" para los catalanes. Dijo Duran que
"no se había menospreciado tanto la lengua catalana desde 1978 como lo
hace este texto".
Duran pidió a Wert que
"retire su proyecto o presente su dimisión, y si no lo hace, sea muy
consciente de su responsabilidad ante lo que va a suponer en Cataluña el
impacto de la aplicación de su anteproyecto de ley".
El ministro perdió los
papeles... y hasta el Ipad
Lo curioso de todo este
debate es que el ministro Wert parecía que había ingerido un barreño de tila,
porque no perdió la sonrisa en ningún momento ni apenas dijo una palabra más
alta que otra en todo el debate. Eso sí, perdió los papeles... y el iPad, según
explicó él mismo en el patio de la Cámara Baja antes de abandonar la sede
parlamentaria: "He perdido los papeles, literalmente", comentó ante
un grupo de periodistas después de protagonizar el grueso de la sesión de
control al Gobierno. Papeles e iPad aparecieron minutos después en un de los
despachos del Parlamento.
Minutos antes, en sus
réplicas a los portavoces de la oposición, Wert defendió que "tenemos que
encontrar una fórmula y estoy seguro de que tienen la voluntad de encontrarla
para que, a partir de ahí, seamos capaces de establecer bases duraderas y
sostenibles para la convivencia lingüística y cultural". Reiteró que
"sigue siendo una fantasía decir que hay un ataque al modelo de inmersión
lingüística al catalán" y repitió que solucionar la actual situación de
fracaso escolar con esta reforma educativa es "tan importante" que
todos los esfuerzos que se hagan para encontrar el consenso los dará "por
bien empleados".
Para Wert, todo esto es
"una batalla absolutamente artificial", porque "nosotros no
tenemos la menor intención de atacar la escuela en catalán", e incluso
elogió el modelo del País Vasco, que es el "único" que combina la inmersión
lingüística y el bilingüismo integrado "dejando espacio a las familias
para que decidan".
Al portavoz socialista,
en concreto, le pidió que se centrara en lo "medular" del sistema
educativo y le recordó que las pruebas para el informe internacional publicado el
martes se realizaron cuando ellos gobernaban: "Eso es lo importante y por
lo que nos van a pedir cuentas nuestros hijos y nietos", ha subrayado el
ministro, al tiempo que ha asegurado al diputado del PSOE su "firme
voluntad" de alcanzar un acuerdo.
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