"¿Vascos y catalanes? No ha fallado ninguno:
simplemente no han venido"; esas ausencias, y la defensa cerrada de la Constitución
por parte de Rajoy y de los presidentes del Congreso y del Senado fueron
algunas de las notas que nos ha dejado la conmemoración del XXXIV aniversario de
la aprobación de la Constitución Española. En los habituales corrillos en la
Cámara Alta, donde se ha celebrado por primera vez este aniversario, los temas
abordados fueron los de siempre: la Constitución y su (no)reforma, el déficit
público, los desahucios, el rescate a la banca y a España y hasta la situación
interna del PSOE, incluido el cuestionamiento del liderazgo de Rubalcaba.
En estas conmemoraciones no resulta extraño que se formen
extraños corrillos, y hasta algunos
vis a vis en los que no es extraño escuchar
algo parecido a '¿y... qué hay de lo mío?'. El XXXIV aniversario de la aprobación
de la Constitución se ha celebrado por primera vez en el Senado, dado que el
Congreso está en obras, y su presidente,
Pío García-Escudero, alentó la
esperanza de que tal evento se repita cada dos años: 'Mitad para el Congreso, mitad para el
Senado', le veino a decir, con otras palabras, al presidente de las Cortes Generales,
Jesús Posada.
Como es natural, en esta conmemoración -más
apretada de lo
normal, dado que el espacio es menor en el palacio de la Plaza de la Marina
Española- se hallaba la
crème de la crème. Las notas contestatarias las
pusieron los grupos de indignados, por un lado, y de trabajadores de
Telemadrid, por otro, que
abucheaban desde los cordones de seguridad a los
políticos, especialmente a los del PP,
Mariano Rajoy incluido, y muy especialmente a la presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP,
Dolores de Cospedal.
Paralelamente,
Cayo
Lara, como representación de la izquierda real, se acercó al Senado para decir
que 'yo no vengo a esto, porque no hay nada que conmemorar, así que me voy':
"Hoy
no tenemos nada que celebrar de la Constitución Española; quienes sí tienen que
celebrarlo son los banqueros", dijo a los medios de comunicación a la entrada de palacio, se dio media vuelta y se fue.
Y la tercera nota discordante fue, claro está, la sonada
ausencia de catalanes y vascos en esta conmemoración: No es que no estuvieran -que no estuvieron-
los presidentes
in péctore de Euskadi,
Iñigo Urkullu, y de Cataluña,
Artur Mas, sino
que tampoco estuvieron ninguno de los diputados o miembros de las Mesas del
Congreso y del Senado por CiU o por el PNV. A un portavoz parlamentario del PP le
preguntamos por estas ausencias.; un portavoz con mucha guasa, como podrá observarse: "¿Vascos y
catalanes? No ha fallado ninguno: simplemente no han venido?". Es decir, hicieron lo previsto.
¿De qué hablaron Rudí y De Guindos? ¿Y Rajoy y Ana Botella?No estaba prevista, pues, la asistencia de un nacionalismo
que, al decir de los populares, ha pasado la raya de lo excluyente. Sí han
estado casi todos los demás presidentes autonómicos y algunos alcaldes de grandes ciudades, que han aprovechado los
vis a vis para preguntar aquello de '¿qué hay de lo mío?'. Así se ha podido
ver, por ejemplo, una curiosa conversación entre la presidenta aragonesa,
Luisa
Fernanda Rudí, y el ministro de Economía,
Luis de Guindos, que estuvo muy
solicitado, aunque no tanto como su colega de Hacienda,
Cristóbal Montoro, por
razones obvias.
Pero, para curioso, el careo que tuvieron por espacio 20 minutos el presidente Rajoy y la alcaldesa Madrid,
Ana Botella. ¿De qué hablaban? ¿De
Esperanza Aguirre, de las candidaturas a la Alcaldía y a la Comunidad Autónoma, del Madrid Arena, del desastre económico que ha dejado
Ruiz-Gallardón en el Ayuntamiento de Madrid? Puede que de todo un poco.
Los corrillos más solicitados fueron, claro está, los del
presidente del Gobierno, Mariano Rajo; la vicepresidenta,
Soraya Sáenz de Santamaría,
y el líder de la oposición,
Alfredo Pérez Rubalcaba. En los 'corrillos' de
Rajoy, el presidente matizó en cierta forma unas declaraciones que había
realizado a la entrada, según las cuales
la Constitución "está plenamente
vigente", por lo que descartaba implícitamente la posibilidad de su
reforma: "Es un marco que debemos conservar para los próximos años",
decía en ese momento. En el 'corrillo' periodístico matizó que está dispuesto a
hablar de un cambio constitucional, pero en el momento preciso y siempre y
cuando exista un amplio consenso al respecto.
Rubalcaba y los 'siete candidaditos'Simultáneamente, en otro ángulo de la sala, el líder
oposición,
Alfredo Pérez Rubalcaba, hablaba también de la reforma
constitucional, pero para decir que había que abrirla hacia el federalismo que
demandaba la sociedad y que podía cerrar, según él, capítulo territorial.
Teniendo en cuenta lo dicho por Rajoy, y lo aseverado asimismo por los
presidentes del Congreso y del Senado en sus discursos, parece que el
federalismo de Rubalcaba tendrá que esperar unos cuantos años.
Por lo demás, tanto Rubalcaba como otros líderes socialistas
-desde
Fernández Marugán a
Benegas, pasando por
Soraya Rodríguez o, incluso,
Diego López
Garrido- achicaban agua respecto a la riada de preguntas sobre los conflictos
internos que vive el PSOE: han surgido tantos '
liderazgos' para sustituir al de
Rubalcaba que ya nada es creíble dentro de esa formación política. El último nombre en sumarse al bulo o a la rumorología, el de
Joan
Mesquida, antiguo director general de la Policía y de la Guardia Civil, cuya '
candidatura' era replicada
de esta manera: "
Bueno, el único que parece quererlo es Joan
Mesquida".
Lo cierto es que con Mesquida se acercan ya a siete los candidatos que dicen que hay para suceder a Rubalcaba: antes de que
Mesquida sacara él mismo su candidatura, se hablaba de
Patxi López, de
Eduardo Madina, de
Carme Chacón, de
Emiliano García Page, de
Tomás Gómez y de otro candidato increíble, como puede serlo
Griñán, que, aunque está juegando a la sucesión, no es para su aspiración personal, pero a quien algunos meten en la lista.
Por su parte, en su corrillo particular, la vicepresidenta
del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, aprovechaba, con un evidente buen
humor, para hacer pura
agit-prop (agitación y propaganda) de la labor de Gobierno, cosa que ya es
difícil con la que está cayendo. Pero, en fin, ella
vendía como espectacular
algo que se presentará este viernes en Consejo de Ministros: una especie de
estadística seria y fiable sobre los desahucios en España, cuántos han sido y
por qué. Es decir, por qué ha fallado el sistema como primer punto para buscar
soluciones. Una buena parte del corrillo se dedicó a (no)dar explicaciones de
por qué las ruedas de prensa tras el Consejo de Ministros son tan
misteriosamente largas en la exposición inicial y tan enigmáticamente cortas en
el turno de preguntas. La vicepresidenta lo achacó a una 'cuarta dimensión', o
algo parecido.