El desprestigio del Banco de España
sábado 01 de diciembre de 2012, 17:22h
El desconcierto reinante en el sector financiero español
no cesa ni siquiera cuando se recapitaliza con miles de millones de
euros que pagan los contribuyentes; es decir, todos los que también
pagan intereses, comisiones y los fantásticos sueldos de quienes les han
llevado a la ruina o lo han tolerado, que ya no se sabe bien lo que es
peor. Del descontrol financiero en el país puede dar idea que el Banco
de España concluyó en 2011 que Bankia era muy solvente; tanto, que su
servicio de inspección situaba al grupo de Rodrigo Rato mejor que a
Santander y BBVA en diciembre de dicho ejercicio, solo seis meses antes
de su histórico colapso. Por cierto, una pregunta: ¿siguen en sus
puestos semejantes inspectores irresponsables?
Veamos ahora un nuevo botón de muestra que ha
pasado más inadvertido pero que también prueba el descontrol y las malas
prácticas, cuando no cosas peores como posibles intereses perversos.
Resulta que un funcionario del Banco de España dijo esta semana que
Novagalicia Banco tendrá que ser adquirida por otra entidad mediante
subasta, contradiciendo al comisario europeo Joaquín Almunia, que
horas antes había admitido como posible la entrada de inversores en el
banco gallego nacionalizado, de modo que fuese viable mantener su
independencia y su sede en Galicia. Detrás de Novagalicia hay,
obviamente, millones de clientes y miles de trabajadores; incluso hay
una parte de España, dado que esa entidad es allí dominante.
Dos preguntas también muy elementales. La primera, ¿un funcionario
del Banco de España que arremetiese contra Caixabanc como lo hizo contra
los intereses estratégicos de Novagalicia Banco seguiría en su puesto a
estas horas o semejante osadía sería convertida en un agravio histórico
a Cataluña? Y la segunda, ¿hubiese consentido Botín una fechoría
así, por lo demás impropia de un árbitro? Cualquier ciudadano español
sabe que no, lo que evidencia que vive en un país donde no funciona el
Estado de derecho, sino el más puro derecho de pernada.
La altanería de ciertos personajes que acampan en la plaza de
Cibeles parece querer compensar la humillación que sufrieron en el Banco
de España cuando fueron ninguneados por incompetentes, hasta el extremo
de perder la confianza de las instituciones europeas. Pero no es solo
eso. Hay más problemas de fondo en la osadía del funcionario y, sobre
todo, de quien se lo consiente. Porque, evidentemente, un problema de
semejante nivel no puede reducirse a un simple funcionario. La prueba
más clara es que el filtrador sigue en su puesto, y tan tranquilo. Los
que no pueden estar tranquilos son los que pagan su sueldo y el de sus
arbitrarios jefes políticos. ¿O no?, como diría el jefe de filas de toda
esta tropa.
Fundador y editor de Mundiario, también es columnista de la agencia Europa Press. Tertuliano de TVG y Radio Galega, colabora en La Región. Dirigió Capital, Xornal y La Voz de Galicia. Ex director editorial de Grupo Zeta. Autor del libro Cómo salir de esta. Coeditor del Anuario del Foro Económico de Galicia.
Twitter: @J_L_Gomez
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