viernes 23 de noviembre de 2012, 08:24h
La
etarra María Soledad Iparraguirre, alias "Anboto" o
"Baltza", implicada en varios asesinatos y responsable de las
finanzas de la banda, ha declarado ante los jueces franceses que ETA nunca ha
sido una organización terrorista, y que ese calificativo se lo aplicaron España y
Francia por razones políticas.
La
colosal mentira que ha pronunciado esta indeseable no ha impresionado a los
jueces franceses. Pero este infame engaño ha ido calando, año tras año, en gran
parte de la sociedad vasca.
Sus compañeros
de viaje lo han dicho muchas veces, los etarras no son terroristas, son
patriotas, soldados que luchan por la libertad de Euskalerría. Con este cúmulo
de falsedades, poco a poco, han conseguido que una coalición proetarra se haya
adueñado de municipios, haya entrado en el Parlamento y sea la segunda fuerza
política del Pais Vasco.
El nazi
Goebbels decía que una mentira repetida muchas veces acaba convirtiéndose en verdad.
Los asesinos de la bomba lapa y el tiro en la nunca, ahora se proclaman líderes
de la paz. Pero eso sí, se trata de una paz llena de trampas, porque ni se
rinden, ni se disuelven, ni piensan
entregar sus armas. Esta es su estrategia. Después de la violencia, la mentira.