Grecia necesitaría una ayuda adicional de 32.600 millones de euros de
sus socios de la zona del euro hasta 2016 si le conceden dos años más
para acometer los ajustes y las reformas exigidas, según consta en un
borrador del informe de la troika de este lunes.
La Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo
Monetario Internacional (FMI) afirman en concreto que
Grecia ha logrado
progresos sustanciales en el ajuste fiscal, pero la eurozona debería
concederle dos años más para alcanzar un superávit primario (antes del
pago de intereses) del 4,5 %, es decir, una prórroga desde 2014 hasta
2016.
Las necesidades de financiación de Grecia se elevarían así a 15.000
millones de euros para cerrar el agujero fiscal hasta 2014, fecha en la
que el programa de rescate iba a finalizar inicialmente, y a 17.600
millones en 2015 y 2016, si el país recibe una prolongación de dos años
para acometer los ajustes, de acuerdo con el borrador. Esto implica un agujero total de 32.600 millones de euros entre 2013 y 2016, calcula la troika internacional.
Los ministros de Finanzas de la eurozona analizan hoy el futuro del
rescate griego, pero descartan tomar una decisión definitiva.
Algunos ministros, como el francés
Pierre Moscovici, y la Comisión
Europea esperan que el Eurogrupo de hoy se salde con un "acuerdo
político", si bien no se desbloqueará ya el próximo tramo de ayuda de
31.500 millones de euros que Grecia necesita urgentemente para no
suspender pagos el próximo viernes. A finales de semana, Atenas tiene que hacer frente a un pago de 5.000 millones de euros en vencimientos al BCE.
Ante la urgencia, el Gobierno ha decidido hacer el martes una emisión extraordinaria de letras del Tesoro a cuatro semanas.
El punto más complicado del análisis de los ministros de Finanzas es
la estimación de cuándo podría ser sostenible la deuda griega.
Con una deuda que alcanzará el 190 % del PIB en 2014, según la
Comisión Europea, es prácticamente imposible que Atenas logre reducir su
deuda al 120,5 % para 2020, como se estableció en febrero.
Según el "Wall Street Journal", el FMI y la CE difieren en 8 puntos
porcentuales en su actual análisis sobre el nivel de deuda que Grecia
acumulará en 2020, y el Ejecutivo comunitario querría situar el nivel de
deuda helena en el 125 % del PIB en 2022.
Los socios de la eurozona empiezan a asumir que, tras la quita sobre
la deuda helena que aceptaron los acreedores privados, ahora deben tomar
medidas ellos.
Una posible quita para el sector público está prácticamente descartada ante el rechazo de Alemania y otros países.
Por ello se están estudiando varias posibilidades, desde una nueva
reducción de los intereses que la eurozona cobra a Grecia por préstamos
bilaterales hasta una recompra de deuda por parte de Atenas.
También se prevé un alargamiento de los vencimientos y que el BCE
renuncie a los beneficios obtenidos sobre los bonos griegos que acumula
por valor 55.000 millones de euros, estimados en hasta 15.000 millones, y
los pase a los bancos centrales nacionales, para que luego los
gobiernos se los transfieran a Grecia.
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