Por infancia, el diccionario de la RAE entiende: "Período
de la vida humana desde que se nace hasta la pubertad. Conjunto de los niños de
tal edad". Pero con esta definición
creo no es suficiente. Hoy quiero centrarme en otro aspecto muy importante, que
también recoge la definición y recomendaciones de UNICEF al referirse a la Infancia: "Es la época en que los niños y niñas tienen que estar en la escuela y
en los lugares de recreo, crecer fuertes
y seguros de sí mismos y recibir el amor y el estímulo de sus familiares y
de una comunidad amplia de adultos.
Lamentablemente frente al
concepto de Infancia se sitúa otro término, que no pocas veces lo acompaña, el
de MALTRATO y que no siempre resulta sencillo de definir.
Según US. Department
of Helth and Human Services, se entiende por Maltrato Infantil, descendente, es
decir, padres hacia hijos: "Cualquier
acto de omisión realizado por un padre/madre o cuidador/a que resulte un daño,
daño potencial o amenaza para un niño/a, y no tiene que ser necesariamente
intencionado". Así la definición implica una valoración social en
relación a lo que es peligroso o inadecuado para el niño. Y aquí reside
precisamente la dificultad, la falta de consenso social en lo que se refiere a
lo que se consideran formas peligrosas e inaceptables.Aun así, los datos proporcionados por PrevInfand (AEPap)/PAPPS
Infancia y Adolescencia (octubre 2011), son francamente escalofriantes: 19,9% son maltrato físico; 3,6% son por
abuso sexual; 86,4% por negligencia y un 35,4% de carácter emocional". Además, todos los actos de maltrato tienen sus consecuencias a corto, medio
o largo plazo para el menor; visibles o no, y de mayor o menor grado,
condicionado todo ello por numerosas variables en función del tipo de maltrato,
la edad, intensidad, duración,...
Pero actualmente nos encontramos con un tipo de maltrato, de definición y
reconocimiento muy reciente, el ascendente, es decir de menores hacia sus progenitores, que no deja de sorprender. Padres que ceden la custodia de sus
hijos porque no sólo "no se hacen con
ellos" sino que reciben todo tipo de agresiones por parte de sus propios
descendientes. Nos decía Silvia Valmaña "que se requiere una actuación ante
esta problemática no sólo para la defensa de los padres, sino especialmente
para el cuidado del propio menor, para beneficio de si mismo, otra nueva manera
de protección a la infancia". Esto mismo planteaba Javier Urra Portillo, el
pasado martes 6 de noviembre en Madrid en las II Jornadas sobre Pediatría
Social, donde nos presentaba un proyecto en el que se está trabajando para dar
respuesta a este problema, "sunami" , cada vez más común en nuestra sociedad.
Tanto en un caso de maltrato como en otro, las
actuaciones son semejantes. Identificación del caso. Intervenciones
multidisciplinares: médicas, educativas, sociales o psicológicas, en todo el
entorno del menor así como la intervención de los organismos pertinentes. Para
el abordaje integral de esta problemática es imprescindible la coordinación
interinstitucional de todos los recursos.
El 29 de
octubre se celebraron en Guadalajara, las I Jornadas de Formación contra el
Maltrato Infantil, organizadas por los servicios periféricos de Educación de la
Junta de Castilla-La Mancha. A través
de éstas se pretendió recoger todos estos aspectos sobre maltrato infantil, e
incluso se amplió a otra problemática actual y muy común que es el maltrato
entre iguales. Personalmente dar las gracias a todo el equipo de los servicios
periféricos por organizar y darme la oportunidad de participar como ponente en
dichas jornadas y a mis compañeros de mesa: Silvia Valmaña, Directora General
de Familia, Menores, Promoción Social y Voluntariado de la Consejería de
Sanidad y Servicios Sociales de junta de CLM y Juan José Clemente, Subinspector
de Policía y delegado de participación ciudadana, por la magnífica intervención de ambos.
Y no puedo terminar sin hacer una reflexión muy
personal. ¿Qué nos está pasando?
¿Qué valores priman en nuestra sociedad? ¿Qué está sucediendo para que los
mayores no sean capaces de cuidar de sus pequeños o que los menores no sean
capaces de respetar a sus progenitores?
Si hablas con unos y con otros,
es fácil coincidir en la respuesta que se da a estas preguntas, y es la
creencia que "actualmente los niños de hoy en día tiene de todo, nada valoran y
están sobre protegidos". Aun
coincidiendo en ello, creo que el problema va más allá.
Están absolutamente desprotegidos, y no
preparados, para el sinfín de estímulos negativos a los que están sometidos en
esta sociedad actual: series televisivas donde no aparecen los padres por
ningún sitio, ni las normas o donde los pequeños de nueve años son adultos
bajitos, por su forma de vestir, de hablar o relacionarse; el esfuerzo o la
responsabilidad se evita; el WhatsApp, Twiter o Tuenti es la mejor forma que
saben para relacionarse entre ellos; no se pueden equivocar y aprender de los
errores porque se nos frustran; los padres dedicamos gran parte de nuestro
tiempo en trabajar o resolver nuestros problemas, más aún en el momento que
estamos viviendo; se da gran importancia al tener no al ser; y no digamos
cuando admitimos que un menor de 13 años, si lo consiente, es "suficientemente
mayor" para tener relaciones con un adulto, porque así lo considera nuestro
código penal. En resumen, para mí, el
declive de valores fundamentales. Mi madre siempre ha dicho "la infancia es muy
corta", y creo que nuestra sociedad la está haciendo aún más. Considero así la necesidad de poner en
marcha importantes reformas en determinados aspectos referidos a nuestra
infancia, para que seamos capaces de dar respuesta a este gran problema con
el que actualmente nos encontramos y que
verdaderamente asegure el cuidado de nuestros más pequeños.
Ana
M. González García
Senadora del PP por Guadalajara