Los héroes anónimos del Madrid Arena
lunes 05 de noviembre de 2012, 08:16h
Cuando escuchaba las primeras noticias de la mañana del día 1 y me
enteraba de la tragedia de la fiesta de Halloween celebrada en el Madrid
Arena, en la que habían fallecido 3 chicas jóvenes y otras dos estaban
ingresadas en estado muy crítico en el Hospital 12 de Octubre y en la
Fundación Jiménez Díaz, no podía salir de mi asombro. Una avalancha de
personas había aplastado a otras tantas ante una situación de pánico,
tratando de huir de forma despavorida hacia el exterior del recinto
deportivo, donde se estaba celebrando un evento musical en el que se
habían dado cita más de 10.000 jóvenes. Hasta ese momento solo podía
escuchar las noticias en todas las cadenas de radio, pero no disponía de
imágenes. Y lo primero que pensé fue en la posibilidad de que muchos
jóvenes habrían tratado de ayudar a otros cuando les vieran caídos en el
suelo, antes de que fueran aplastados por la caída de otros muchos más.
¿Cómo podía ser que cinco jóvenes resultaran aplastadas por la
avalancha, sin que nadie tratara de ayudarlas? ¡No podía entenderlo,
porque en mi corazón seguía pensando en los muchos valores positivos que
tienen nuestros jóvenes, siempre solidarios en situaciones difíciles!
Yo estaba seguro que de que en una situación similar no me hubiera
parado a pensar y habría tratado de ayudar. También pensé que mis hijos
hubieran hecho lo mismo, como tantos y tantos jóvenes positivos.
Poco más tarde, a medio día, podía comprobar por las imágenes que nos
ofrecían los distintos canales de televisión, que con toda seguridad en
esa trágica fiesta, había muchos héroes anónimos que habrían tratado de
ayudar a otros muchos jóvenes que cayeron al suelo y que habían
resultado literalmente aplastados por las caídas de otros muchos. Viendo
y analizando las imágenes, si no hubieran tenido la suerte de tener a
su lado a tantos y tantos héroes anónimos, hoy tendríamos que lamentar
muchas más muertes por aplastamiento. A todos ellos, a todos los
jóvenes, incluso menores de 18 años, que trataron de ayudar a otros,
tirando de ellos para salvarles la vida, creo que todos les debemos un
silencioso homenaje. Algunos lo consiguieron y hoy lo sabemos por los
testimonios de quienes pudieron salvar la vida, aunque seguimos sin
conocer a quienes les ayudaron. Son esos "héroes anónimos del Madrid
Arena" a quienes quiero rendir un tributo especial desde esta Tribuna de
opinión, y de los que tienen mucho que aprender aquellos otros que con
frecuencia no respetan las más mínimas normas de convivencia.
Pero dicho esto, todavía tengo muchas preguntas a las que necesito
encontrar respuesta como ciudadano, como padre y como profesional de la
salud.
¿Se construyó este recinto de Madrid Arena para macrofiestas de 10.000 o
más personas o para celebrar eventos deportivos? ¿Es lo mismo? ¿No
necesitan una infraestructura diferente? ¿Se superó el aforo autorizado
de 10.000 personas? ¿Son seguras las fiestas donde se dan cita 10.000
personas, a pesar de contar con todas las medidas de seguridad? ¿Cuántas
puertas de emergencia existen en el Madrid Arena? ¿Estaban todas
abiertas y debidamente señaladas? ¿Cuántas personas de seguridad habían
sido contratadas para velar por estas 10.000 personas? ¿O para más,
porque al parecer se excedió y en mucho el aforo permitido? ¿Estaban
debidamente preparados para actuar en una situación de emergencia como
la que se vivió en la madrugada del jueves? ¿Contaban con la formación
adecuada en socorrismo y primeros auxilios, lo que en mi opinión debería
ser obligado? ¿Por qué se contrataron los servicios médicos de una
empresa privada en lugar de contar con el SAMUR, algo a lo que los
madrileños estamos acostumbrados en otras muchas fiestas? ¿Por ahorrar o
porque tenían más efectivos sanitarios y mejor formados? ¿Cuántos
médicos, cuántos profesionales de enfermería formaban parte del servicio
médico de la fiesta? Las noticias hoy nos confirman que eran 2 médicos y
2 profesionales de enfermería, ¿Son suficientes para poder atender las
urgencias de más de 10.000 personas? Esta posible imprudencia, ¿sería
responsabilidad de la empresa organizadora de la fiesta? ¿De la empresa
que ofreció sus servicios médicos? ¿De los propios profesionales
sanitarios que aceptaron un trabajo para el que nunca podrían haber sido
del todo eficaces?
Hoy, cuando firmo esta tribuna de opinión, tenemos que llorar las
muertes de Cristina, Rocío, Katia y Belén, mientras rezamos por la
pronta y saludable recuperación de Teresa en la Fundación Jiménez Díaz.
Una situación que nunca se tendría que haber producido si hubiéramos
tenido respuesta a todas y cada una de mis preguntas y tantas otras que
podríamos hacernos. Los protocolos de seguridad existen, pero tienen que
ser cumplidos de forma estricta y sin excepciones por todos. Y siempre
son susceptibles de mejora, por lo que es imprescindible revisarlos
periódicamente. Por cierto, ¿por qué no se lleva a cabo un simulacro de
evacuación del Madrid Arena, con 10.000 jóvenes y sin luces por
supuesto, para que podamos entender que no es el sitio más adecuado para
celebrar una macrofiesta de estas magnitudes?
Al menos este punto parece que lo tiene muy claro nuestra alcaldesa Ana
Botella, a la que quiero felicitar especialmente por su valentía, al
anunciar en rueda de prensa que nunca más se autorizará el uso de los
edificios o instalaciones municipales para celebrar una macrofiesta. Y
sinceramente, no creo que sea demagogia como algunos ya han apuntado,
sino una decisión valiente que desde luego no va a contar con la
aquiescencia de todos.
Muchas gracias en nombre de muchos Sra. alcaldesa y por favor no nos
defraude: trate por todos los medios de que esa "comisión de
investigación" de la que nos habla, sea capaz de encontrar respuesta a
todas estas preguntas y otras muchas, mientras homenajeamos de forma
silenciosa a nuestros "jóvenes héroes anónimos del Madrid Arena" y
lloramos a los que ya no están con nosotros por algo que nunca debería
haber sucedido.
Catedrático de Educación para la Salud; Universidad Complutense de Madrid.
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