Esta semana la cartelera española trae títulos como 'Argo', 'Silent
Hill: Revelation 3D', 'Ruby Sparks' o 'Outrage', algo que hubiese sido
imposible hace veinte, treinta o cincuenta años, cuando los títulos de las
películas se traducían siempre, algunas veces de manera literal y otras de
manera 'literaria'. Fue así como 'Los Buscadores' se transformaron en 'Centauros
del desierto' y nos enteramos de que 'El hijo de Rosemary' era obra de 'La
semilla del diablo'.
Esto comenzó casi al mismo tiempo que la propia historia del
cine. Si hubo una estrella absolutamente universal en esa historia fue Charles Chaplin, pero las primeras obras del cómico británico se traducían
siempre poniendo delante el sobrenombre con el que se le conocía en Francia y
España, 'Charlot', así 'El peregrino' pasaba a ser 'Charlot peregrino' o 'La
cura' pasaba a ser 'Charlot en el balneario'. Algo parecido le pasaba al otro
gran cómico de la época muda, claro que a Buster Keaton y a su rostro pétreo,
le tocó un mote más 'original': 'Pamplinas'. Al menos a la mayoría de los
largos de ambos genios se les respetó el título.
Claro que la llegada del sonoro, y de los diálogos, supuso
una verdadera revolución, no sólo en el propio cine, sino a la hora de espolear
la imaginación de los traductores. El primer gran género del sonoro fue el cine
de 'gangsters', pero en España preferían hablar del hampa, así el 'Pequeño César' ('Little Caesar') pasó a
ser 'Hampa dorada' o la gran 'Scarface' de Howard Hawks se transformó en 'El
terror del hampa'. Casi cincuenta años después Brian de Palma hizo un remake de
la cinta con Al Pacino pero esta vez tampoco nos quedamos con 'Scarface', ni
siquiera con 'El terror del hampa', la historia de Tony Montana fue la de 'El
precio del poder'.
Pero si un género ha desatado la imaginación de los
traductores ese ha sido el western. Y si alguien está unido a ese género es
John Ford, la leyenda que hablaba de la leyenda. A Ford nunca le gustaron especialmente
los títulos rimbombantes pero a los traductores la grandeza del cine de Ford
les llevaba a titular sus epopeyas con eso, títulos homéricos. Así 'My Darling Clementine'
('Mi querida Clementine'), que era además la canción que hacía de banda sonora
a esta película sobre el duelo en OK Corral, se convirtió en 'Pasión de los
fuertes'. Lo mismo pasó con 'She wore a yellow ribbon' ('Ella llevaba una cinta
amarilla') que se convirtió en 'La legión invencible' o 'The horse soldiers' ('Los
soldados de caballería') que pasó a ser 'Misión de audaces'. Claro que la palma
se la lleva como John Wayne y Jeffrey Hunter dejaron de ser 'Los buscadores' ('The
searchers') para convertirse en 'Centauros del desierto'. Por una vez, el
título traducido se imponía claramente al original.
Claro que el de John Ford no es el único caso, como decíamos
el western desataba la 'poesía' de los traductores, sólo así se hace
comprensible que 'Shane', que era el nombre del personaje de Alan Ladd se
convirtiese en 'Raíces profundas' o como a Gary Cooper le dejaban 'Solo ante el
peligro' a 'Mediodía' ('High noon'). Pero hay muchos otros ejemplos, 'Butch
Cassidy y Sundance Kid' ('Butch Cassidy and the Sundance Kid') fueron 'Dos
hombres y un destino') o el 'Érase una vez en el Oeste' (Once upon a time in
the West) de Sergio Leone se quedó en 'Hasta que llegó su hora'.
El Hollywood clásico fue el que se lleva las traducciones
más enrevesadas, lo que aquí era 'La fiera de mi niña' originalmente fue 'Trayendo
a Baby' ('Bringing up baby'). Si los estadounidenses conocieron 'Todo sobre Eva'
('All about Eve') en España preferimos ver a 'Eva al desnudo'. Si Marlon Brando
se paseaba 'En el puerto' en la versión original ('On the waterfront'), en la
doblada vivía bajo 'La ley del silencio'. Si, según Hitchcock, Cary Grant iba
al 'Norte por el noroeste' ('North by northwest') aquí estaba 'Con la muerte en
los talones'. Si Kirk Douglas y Lana Turner eran 'El malo y la guapa' ('The bad
and the beautiful') nosotros los vimos 'Cautivos del mal'. Si Norma Desmond
vivía en 'Sunset Boulevard' en EEUU, en España sufrió 'El crepúsculo de los
Dioses'.
Y es que Billy Wilder es otro de los directores favoritos de
los traductores de títulos, así la cínica 'Un as en el agujero' ('Ace in the
hole') se tradujo como 'El gran carnaval', o Marylin Monroe dejó de provocar 'El
picor del séptimo año' para pasar a ser 'La tentación [que] vive arriba'. Capítulo
aparte merece 'A algunos les gusta caliente' ('Some like it hot'), un título
casi intraducible ya que Wilder y su colaborador I.A.L. Diamond jugaban con el
término 'hot', un estilo musical contrapuesto al 'cool' que era predominante en
el año 1959 que se estrenó. El 'hot' era la vibrante música de Nueva Orleans
que predominaba en el tiempo en el que estaba datada la película, finales de
los años 20. Además 'hot' era un término que casaba a la perfección con la
protagonista femenina de la película, Marylin Monroe. Como esto no había por
donde cogerlo en España cortaron por lo
sano y decidieron fijarse en el travestismo de sus protagonistas masculinos y
llamar a la película 'Con faldas y a lo loco', Así, a lo loco, fue como
tradujeron una de las últimas películas de Wilder, esa es la única explicación
de que 'Avanti!' pasase a ser conocida como '¿Qué ocurrió entre mi padre y tu
madre?'.
Pero no solo el cine clásico ha sufrido este tipo de
traducciones, películas más recientes como 'La redención de Shawshank' ('The
Shawshank redemption') se estrenó como 'Cadena perpetua' o 'Habrá sangre' ('There
will be blood') se quedó con 'Pozos de ambición'. También ha habido verdaderos
piques cuando los traductores se han encontrado con algún título especialmente
largo o extraño, es el caso de la magnífica parodia de Stanley Kubrick sobre la
Guerra Fría, la película se llamó originalmente 'Doctor Strangelove, o como
aprendí a amar la bomba y dejar de preocuparme' ('Dr. Strangelove, or How I
Learned to Stop Worrying and Love the Bomb '). Ante semejante título el
traductor decidió dar el do de pecho y la convirtió en '¿Teléfono rojo? Volamos
hacia Moscú'. Mucho más esquemático fue el que tradujo la espléndida 'El eterno
resplandor de la mente inmaculada' ('Eternal Sunshine of the Spotless Mind')
por 'Olvídate de mí'.
Aunque no solo en España hemos dejado volar nuestra
imaginación a la hora de titular películas, al otro lado del charco también han
hecho sus propias traducciones, haciendo que si un inglés, un español y un
hispanoamericano hablan sobre los gorgoritos de Julie Andrews por las praderas
austriacas, el primero lo haga de 'El sonido de la música' ('The sound of music'),
el segundo de 'Sonrisas y lágrimas' y el tercero de 'La novicia rebelde'.
Pero los casos más sangrantes
son las traducciones que nos contaban cosas de la película, así en España nadie
se sorprendió cuando Bill Murray se quedó 'Atrapado en el tiempo' en 'El día de
la marmota' ('Groundhog day'). Claro que peor fue cuando, gracias a la
traducción, los españoles nos enteramos desde el principio de que 'El hijo de
Rosemary' (Rosemary´s baby) era 'La semilla del diablo'. Ya les vale...