Ignoro
quién habrá sufrido más en la noche de este domingo, si
Patxi López y
Pachi
Vázquez, los candidatos socialistas en las elecciones vasca y gallega,
respectivamente, o el secretario general del PSOE,
Alfredo Pérez-Rubalcaba.
Porque el desastre electoral del principal partido de la oposición y principal
representante de la izquierda en España ha sido de órdago. Y esta es la primera
reflexión a desarrollar sobre lo ocurrido en las urnas en el País Vasco y
Galicia, donde, por supuesto, han pasado otras muchas cosas dignas de mención y
de análisis.
Por
ejemplo, habrá que meditar en las razones para los magníficos resultados de un
Núñez Feijóo para nada afectado por los recortes que Rajoy ha efectuado en los
bolsillos de todos los españoles, incluidos los gallegos. El hecho de que la
alternativa fuese una 'sopa de letras' de la izquierda y de que el candidato
socialista, Vázquez, fuese casi un desconocido, sin duda habrá tenido su
influencia, pero el hecho es que Feijoo adquiere, con su semblante serio, un
innegable peso a nivel nacional. Y el PP se ha convertido, notémoslo, en el
único partido realmente nacional en España.
En
el País Vasco se ha hecho evidente el desgaste del gobierno de un Patxi López
que, a mi juicio, no merecía tan malos resultados. Y también, en menor grado,
el del PP de
Basagoiti, que también es una apuesta para el futuro de los
'populares' a nivel nacional. Y está claro que la voluntad de los electores
bascula entre el nacionalismo y el independentismo, una circunstancia que
Iñigo
Urkullu, el próximo lehendakari, tendrá que administrar con suma prudencia.
Urkullu y, naturalmente, los responsables del Gobierno central, con Mariano
Rajoy a la cabeza. Rajoy tendrá que ensayar nuevas fórmulas de diálogo y
procurar evitar a toda costa cualquier alianza suicida entre los peneuvistas y
ese Bildu que ha alcanzado sin duda su techo, pero teniendo en cuenta que ese
techo es demasiado alto para los intereses del Estado...y sospecho que también
para los intereses de los vascos en general.
Y
ahora, para colmo, falta Cataluña, que dentro de un mes tiene su cita con las
urnas y con el futuro que, de una manera entiendo que precipitada y algo
irresponsable, está diseñando
Artur Mas.
¿Qué
papel le toca representar en esta obra al PSOE, que apenas hace diez meses
gobernaba en España? Entiendo que es urgente una conferencia nacional del
partido; lo que salió del congreso federal el mes de marzo, que se cerró ya se
ve que en falso, simplemente ya no vale de nada. Y eso que es de admirar el
esfuerzo de Pérez-Rubalcaba por aportar algunos gramos de serenidad a las
toneladas de locura que invaden la política en la vieja piel de toro.
>> Lea el blog de Fernando Jáuregui: 'Cenáculos y mentideros' >> Lea también:- Especial:
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