domingo 07 de octubre de 2012, 09:59h
Agobiada ante los mercados donde precisa financiarse,
España ha asumido un sinfín de compromisos en materia de ajuste y
reformas, lo cual no es sinónimo de buenos resultados; ni siquiera de
cumplimientos. En ese sentido, todo parece indicar que 2012 se cerrará
con un desfase presupuestario, a pesar de los ajustes llevados a cabo,
de modo que este año podría terminar con un déficit del 7,4%, y no del
6,3% como estaba previsto. Es más, hay dudas de que varios miles de
millones de euros inyectados por el Estado desde 2010 en bancos al borde
de la quiebra puedan recuperarse. Traducido a cifras, el déficit
público de 2011, que una vez revisado al alza era del 8,96% del PIB, con
este nuevo problema puede que sea del 9,44%, fruto de incorporar 5.104
millones más.
Los Presupuestos Generales del Estado para 2013 no
son creíbles y habrá que cambiarlos o exponerse a su incumplimiento. Las
ayudas a la banca han trasvasado a las cuentas públicas un problema
privado y ese inmenso lastre pasará la deuda pública del 85,3% en 2012
al 90,5%, con una disparatada carga de intereses que por si fuese poco
ni siquiera se quedan en España, ya que como la deuda es con el exterior
la mayor parte de ese dinero enriquece a inversores de otros países.
Es clave, por tanto, el abaratamiento de la
financiación, ya que a precios de mercado el país se desangra sin
reanimación posible. Y por eso mismo se habla tanto del rescate, una vez
constatado que España es un Estado (casi) inviable en términos
presupuestarios: la recaudación cae por falta de actividad y cada día
hay menos actividad, con lo cual poco o nada se avanzará si el país
sigue por ese camino. Desde luego, si 2013 es el último año de la
recesión, como pronostica el entusiasta ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro,
no será precisamente gracias a sus presupuestos, donde hay muchas malas
noticias -caída de la inversión en infraestructuras del 15%, menos
ayudas al desempleo con más parados, peor sanidad, menos educación...- y
ninguna buena.
Fundador y editor de Mundiario, también es columnista de la agencia Europa Press. Tertuliano de TVG y Radio Galega, colabora en La Región. Dirigió Capital, Xornal y La Voz de Galicia. Ex director editorial de Grupo Zeta. Autor del libro Cómo salir de esta. Coeditor del Anuario del Foro Económico de Galicia.
Twitter: @J_L_Gomez
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