Genio y
figura, un crack de la política. José Bono ha presentado en rueda de prensa en
Madrid su libro "Les voy a contar" que, sin duda, no dejará
indiferente a nadie. Multitud de periodistas de todos los medios ansiosos de un
titular, pero Bono no dio uno: ha dado tanto juego que es casi imposible elegir
uno entre tanta variedad. Con su peculiar estilo ha arremetido contra todo:
contra el federalismo asimétrico de Rubalcaba, contra el separatismo de Mas,
contra el ruido de sables de 'milicos' anacrónicos, contra la ley electoral,
contra los que quieren tomar el Congreso... Lo dicho, un crack.
¿Qué
opina José Bono, que se ha mantenido durante meses en un más que discreto
silencio, sobre el 'proyecto de Rubalcaba'? Respuesta genial del manchego:
"Hoy ya tienen suficientes titulares con mi libro". La respuesta es
tajante, o si no, medítenlo: si hubiera dado un titular más; claro, que así,
sin responder, también ha dado un magnífico titular.
Y es
que José Bono es un auténtico artista de la política y de la realidad
mediática. Incluso dice que ha escrito su libro, "Les voy a contar",
que hoy ha salido a la venta en España, desechando de su agenda aquellos días que
no podía sintetizar en un titular. Así consiguió reducir los 8.000 folios de sus
anotaciones entre 1992 y 1997 a los 646 que se han publicado en este libro. Un
libro que no dejará indiferente a nadie: el editor, que es Planeta, ha
confirmado que este mismo martes han tenido que encargar una segunda edición.
De ahí
la expectación que la rueda de prensa-presentación de Bono ha despertado en los
medios de comunicación: la sala del hotel estaba abarrotada, repleta, llena de
cámaras, de periodistas ansiosos de titular. Y titulares ha habido para todos
los gustos. Bono se ha dejado preguntar, y querer, y quería ser querido y no ha
ahorrado en palabras para conseguirlo. Por ejemplo, ha revelado que uno de los
grandes filtradores de documentos es su compañero de partido Cipriá Ciscar, que
incluso le ha permitido transcribir las súper-secretas actas de la Comisión
Ejecutiva Federal. Ya sabemos quién filtraba los secretos del sancta sanctórum
socialista.
El
libro en sí mismo tiene una crónica aparte, pero vaya por delante que "es
el resumen objetivo de mi verdad". Y es que así (sic) se las gasta el
manchego: es el 'resumen objetivo' de 'su' verdad, lo cual no quiere decir que
sea verdad. O algo parecido. Teniendo eso en cuenta, hay que creerle cuando
afirma que "no he escrito este libro para ajustar cuentas con nadie".
Claro, que leyendo determinados capítulos esa afirmación anterior parece
demasiado 'inocente'. Por ejemplo, si leemos a bote pronto páginas donde se
relatan pagos a periodistas. El famoso 'fondo de reptiles', vaya. Y no damos
nombres para no estropearle la primicia al autor.
Bono,
sin duda, es sincero. Lo es, por ejemplo, cuando afirma que él no escribió sus
diarios (17.000 páginas de ordenador en total; hay que señalar que quedan aún
otros dos tomos por publicar) para que fueran publicados. Pero es sincero
porque reconoce que "...después de lo que me han pagado..." no podía
rehusar a poner esas notas en letra de imprenta: 800.000 euros del ala,
reconocido por el propio autor. Eso sí, "no hay un afán morboso" en
lo publicado, aunque "entiendo que haya gentes que busquen el morbo... y tal
vez lo encuentren". Bono es un monstruo de la política, y de la
dialéctica, no cabe duda.
En este
libro, Bono dice que "no hay héroes y villanos", pero los ahí
retratados, en número no cuantificable -resulta que, sabiamente, el autor ha
prescindido del índice onomástico, con lo que quien quiera saber qué dice de él
deberá leerse el libro completo- quizá no piensen lo mismo. Sin embargo, salva
a los políticos frente a los depredadores de la prensa: "Los políticos no
somos ni mejores ni peores que ustedes, los periodistas".
La
España federal; pero la justa, no la asimétrica
Con
Bono en el punto de mira y con la que está cayendo en España era inevitable
abordar no tanto el libro -que su interés tiene- como la más acuciante
actualidad. Y en este punto, el autor tampoco defraudó. Una afirmación de
entrada: "Lo urgente es derogar la ley electoral" porque "es
causa esencial de la falta de autonomía en la política", y ya se sabe que
"se puede ser autónomo, pero lo tendrá más difícil llegar a
diputado".
El ex
presidente del Congreso, ex ministro de Defensa, ex presidente de Castilla-La
Mancha y
tantas ex cosas más conserva su grandísima dosis de lo que podríamos
llamar 'memoria sardo-irónica'. Por ejemplo, se pueden deducir opiniones
presentes sólo contando anécdotas pasadas. En realidad, es muy sencillo.
Por
ejemplo, ¿qué opina de que Rubalcaba se haya hecho con los mandos de la nave
socialista? No hay respuesta directa, pero observen la anécdota que cuenta: cuando
murió Ramón Rubial, iban muchos dirigentes socialistas en un avión para el
entierro. Y en eso que llegó Rubalcaba y les dijo: 'Estoy por bajarme, así, si
se estrella, os sustituyo a todos'. Pues bien, es evidente que "no hizo falta
que se estrellara el avión para que Rubalcaba nos sustituyera a todos".
Y en
ese punto es cuando se le pregunta su opinión sobre el proyecto que ahora mismo
representa Rubalcaba: "Hoy tienen suficientes titulares con mi
libro". Exquisitamente explícito.
Y es
que previamente Bono se había despacho a gusto sobre el federalismo: "Lo
federal evocar igualdad, pero no puede evocar asimetría"; o
"reconozcamos la singularidad, pero con la ley en la mano"; o
"pagar más impuesto no puede dar más derechos"; o "es verdad que
hay identidades diferenciadas, pero no todos los días podemos tener el medidor
de diferencias como si se tratara de la prima de riesgo"; o "hay
separatistas, pero también separadores. Hay gentes que necesitan el conflicto
para mantener su particular tinglado"; o "hay gentes que necesitan el
conflicto para poder dar una rueda de prensa [y que los periodistas
acudan]"... Y la última: "No imagino a [Andrés] Iniesta ni a [José] Montilla
extranjeros. Yo no los quiero extranjeros". Ésta, sin duda, es la mejor.