Hasta
Rubalcaba responde a Mas: "El concierto no cabe ni política ni
constitucionalmente"
Los efectos de la Diada: se inaugura una etapa de mayor crispación nacional(ista)
miércoles 12 de septiembre de 2012, 16:27h
Ni el
concierto económico que pide Artur Mas ni el referéndum de autodeterminación
tienen cabida en la Constitución. Así le ha respondido Rubalcaba, pro ejemplo,
al president catalán, pero la Diada de este 11 de septiembre ha tenido como
efecto la creación de una enorme ola de crispación nacional y en doble sentido:
de 'catalanes' contra 'españoles', pero también de 'españoles' contra
'catalanes'. Pareciera como si los 'unos' se hubieran cansado mutuamente de los
'otros'. Las reacciones política a la Diada han sido diversas, pero todos
admiten que se ha creado una situación muy peligrosa.
No lo
dicen ante los micrófonos, pero fuera de grabación dirigentes del Partido
Popular se plantean la siguiente pregunta: "El día 20, Artur Mas le va a
pedir a Rajoy el pacto fiscal que él, o CiU, quieren. Rajoy le va a decir no.
¿Qué hará entonces Mas? ¿Mantendrá su órdago? ¿Convocará elecciones e incluirá
la independencia en su programa electoral?". Es la pregunta más repetida
tras las declaraciones del president catalán de este miércoles amenazando al
resto de los españoles con la independencia de Cataluña: "Es el momento de
dotar a Cataluña de estructuras de Estado".
Una
respuesta contundente a su órdago le ha llegado por donde menos lo esperaba
Mas, por Rubalcaba. El líder socialista le ha dicho desde Madrid: "El
concierto y el referéndum no caben ni política ni constitucionalmente", y
añadido lo siguiente: "[Artur Mas] ha venido a decir que 'o me lo dais o
me voy... y si me lo dais, me voy, pero un poquito después... Eso lo tiene que
aclarar".
Rubalcaba
ha reconocido, sí, que esta Diada no ha sido "ni un lío ni una algarabía",
como la calificó el propio presidente Rajoy, y también ha cargado las tintas
contra el Gobierno popular como autor inicial del descontento catalán. Es
cierto también que Rubalcaba ha pedido diálogo, pero no desde la base de Artur Mas,
que ya habla, o amenaza directamente con la independencia. Lo que hay que
hacer, según el líder socialista, es "darle la plenitud misma al Estatut,
y respetarla".
Es
decir, que volvemos a otra herencia del 'zapaterato': el Estatut de Cataluña
que se aprobó por imposición de Zapatero y que convulsionó el conjunto del
Estado español. Esta Diada, en realidad, es hija putativa de ese malestar que
se generó durante toda la elaboración de un Estatut que a la postre a nadie
gustó y que el propio Constitucional se vio abocado a recortar, lo que generó
sobre todo en Cataluña sobre todo una crispación mayor.
Lo
cierto es que hoy, y como dice Rubalcaba, "las relaciones entre Cataluña y
España están muy deterioradas, y así hay que reconocerlo. Están deterioradas
las relaciones políticas, las relaciones económicas y yo diría que hasta las
relaciones afectivas". Por ello se hace quizá más necesario que nunca que
Rajoy y Artur Mas abran en su encuentro del 20 de septiembre un diálogo y
busquen soluciones. Rubalcaba le pide a Rajoy que "haga frente a la
situación, a la que ha vuelto a llegar tarde", pero a Mas le pide que
aclare si el pulso está "en dialogar para irse, o abrir un diálogo para
convivir".
El PSC
pide 'aclaraciones'
En esa
misma línea, el primer secretario del PSC, Pere Navarro, ha exigido al
presidente de la Generalitat que aclare si es partidario de la independencia de
Cataluña. Navarro admite que la manifestación de la Diada fue un
"éxito", pero también anuncia que su partido mantiene la apuesta por
un sistema político español federal.
En todo
caso, y en línea con Rubalcaba, Navarro ha advertido a Artur Mas que
independencia y pacto fiscal son incompatibles, y le ha pedido que escoja y
deje a un lado las "ambigüedades" que han caracterizado hasta ahora
al Govern y a CiU. Y por el lado contrario, Navarro ha pedido a Rajoy que
"tome nota" del descontento catalán, advirtiéndole que el Estado debe
abordar de forma inmediata el encaje de Cataluña con España.
Otra
posición distinta es la del presidente de Ciutadan's, Albert Rivera, que ha
urgido directamente a Artur Mas a convocar elecciones anticipadas si la apuesta
de CiU pasa por la independencia, y a explicarlo así a los ciudadanos: "Me
suena a discurso de partido de quien tiene una estrategia no pensando en el
Gobierno, el rescate y la deuda pública, sino en que ruta sigue para ganar las
siguientes elecciones".
La
ofensiva de la izquierda y los independentistas
La
posición cambia, y mucho, cuando el análisis de las consecuencias de la Diada
de este martes proviene de la izquierda no socialista y de los
independentistas. Por ejemplo, el presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha
exigido a Artur Mas que sea "explícito", que hable claro y convoque
cuanto antes un referéndum de autodeterminación tras el éxito de la
manifestación del martes.
Pero si
el Govern de CiU no hace tal consulta, Junqueras ha pedido a Mas que convoque
elecciones, y ha anunciado que ERC se presentará con un programa que incluya la
"declaración unilateral de la independencia", abriendo la puerta a
presentarse junto a otras fuerzas políticas.
Desde
la Izquierda Plural, la diputada por Barcelona Laia Ortiz ha reclamado que el Congreso se haga eco de la "multitudinaria"
manifestación de Barcelona y "debata y dé respuesta" al
"clamor" del pueblo catalán, tanto para mejorar los recursos de la
comunidad como a su reivindicación de tener derecho a decidir "qué se
quiere ser y hacia dónde se quiere ir".
A juicio de Laia, esta
Diada ha significado una respuesta a la "involución recentralizadora del
Gobierno" de la expresión de Cataluña de avanzar en el autogobierno y
contar con mejores recursos, y ha advertido a Rajoy de que cualquier gobierno
"con un mínimo sentido democrático" no puede "dar la espalda o
tachar de líos de catalanes lo que ayer fue un clamor multitudinario".
En ese mismo sentido se ha
expresado su compañero de grupo Joan Josep Nuet, quien ha compartido que todas
las fuerzas políticas "sin exclusiones" deben "tomar nota de
este grito" y poner en marcha un proceso de "diálogo y comprensión"
para "canalizar de forma positiva" las aspiraciones de la ciudadanía
catalana.
Nuet ha pedido
directamente al PP "respecto democrático" a "ese despliegue
cívico y pacífico" del pueblo de Cataluña y ha avisado de que "hacer
oídos sordos" a sus reivindicaciones sólo provocaría "empeorar"
las relaciones entre Cataluña y el Estado y por tanto de sus ciudadanos.
Prudencia en el Gobierno
En este totum revolutum,
el Gobierno del PP ha guardado un prudente silencio, o cuando ha hablado lo ha
hecho guardando mucho las formas para no echar más leña al fuego. Así, la vicepresidenta del Gobierno,
Soraya Sáenz de Santamaría, ha asegurado que "no conviene
equivocarse" en un país con cinco millones de parados, y ha llamado a
analizar "con cierta frialdad" el importante número de personas que
se manifestó por las calles de Barcelona.
Fue sólo en declaraciones
en los pasillos del Congreso de los Diputados y no desde un púlpito oficial, pero
Sáenz de Santamaría insistió en que España está pasando por un momento
"difícil" frente al que, a su juicio, hay que actuar "con
responsabilidad": "Hay que saber por dónde va el mundo y esto va
porque salgamos todos juntos de la crisis y, especialmente, de la mano de la
Unión Europea", apuntando que en la actualidad hay "mucha gente"
que se encuentra en una situación "muy complicada" que exige analizar
"cuáles son las prioridades".
Rajoy,
sin embargo, ha evitado todo comentario: aceleró -literalmente- el paso cuando a
la salida de la sesión de control en la Cámara Baja se le preguntó: "¿Cree
que España tiene un problema con Cataluña?". El presidente no quiere meterse en más charcos, como en el que se metió un día atrás hablando de 'algarabías'.