Elevado tono y elevado fondo el de las intervenciones de
Rubalcaba y su portavoz parlamentaria,
Soraya Rodríguez, en la primera sesión de control tras el paréntesis vacacional. Rubalcaba, incluso, utilizó una vieja argucia para intentar descolocar a
Rajoy: cambió sobre la marcha la pregunta que figuraba en el orden del día y preguntó al presidente sobre las condiciones que fijará Bruselas para conceder un rescate a España.
Rajoy, sin embargo, no quedó 'descolocado': traía preparada la respuesta, pero aprovechó para censurar al socialista que "ésa no es la pregunta registrada". En todo caso, el tema se resuelve en que Rubalcaba le ha exigido a Rajoy que lleve al Parlamento las condiciones que ponga Bruselas al rescate de España para obtener un rescate. Pero la respuesta de Rajoy ha dado una nueva pista similar a lo publicado todos estos días por toda la prensa, incluyendo a Diariocrítico: a lo mejor no es necesario pedir el rescate.
Nada nuevo, es verdad, pero lo realmente interesante es el punto de oposición que el PSOE ha decidido poner en marcha. Rubalcaba personalmente ha iniciado la estrategia de decir: 'hasta aquí la herencia del zapaterato y a partir de ahora todo lo que pase es culpa del Gobierno de Rajoy'.
Puede ser o no creíble esa estrategia, pero Rubalcaba lo ha dejado muy claro: "Por ese error de su Gobierno [retrasar los PGE para 2012 por las elecciones de Andalucía] tenemos que estar hablando hoy aquí del segundo rescate para España [el primero ha sido el de la banca].
La culpa ya no es de Zapatero y de su entonces vicepresidente primero, el propio Rubalcaba, pues, sino de Rajoy, de su vicepresidenta primera y de su gobierno en general, que habrían conseguido en diez meses de gestión poner en peligro hasta las pensiones: "Usted no va a compensar a los pensionistas", le dijo Rubalcaba a Rajoy, porque entre otras cosas Bruselas se lo va a impedir.
La línea de dureza, o 'muro levantado' contra el Gobierno la dejó clara luego la portavoz parlamentaria socialista Soraya Rodríguez, que le dijo cosas durísimas a la vicepresidenta primera del Gobierno, su tocaya
Soraya Sáenz de Santamaría: "Le exijo que actúe con dignidad como vicepresidenta del Gobierno, porque como portavoz ya ha quedado desacreditada".
Rodríguez repartió leña verbal para todos, incluso, naturalmente, para la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, a la que fustigó desde la tribuna del Congreso por su ambiciosa acumulación de cargos y su "trabajo a tiempo parcial" como presidenta castellano-manchega. Ahora bien, la respuesta de Sáenz de Santamaría anuncia una línea de defensa del Gobierno: "Puede levantar un muro [contra el Gobierno, según se habló en el Comité Federal del PSOE] o ayudar a levantar un país". Estrategia por estrategia, parece que ninguna de las dos será buena para España.
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