miércoles 12 de septiembre de 2012, 07:54h
El
ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos,
ha defendido que la economía española continúa siendo competitiva y ha subrayado que España es uno de los pocos
países que tiene superávit comercial en la zona euro.
Es una
buena noticia saber que las exportaciones, junto con el turismo, continúan
siendo los dos sectores donde nuestra economía funciona mejor que nunca. Esto
quiere decir que la crisis ha agudizado el ingenio, y que muchos empresarios,
para evitar la ruina, se han dedicado en cuerpo y alma a competir en los cinco
continentes, vendiendo productos de más calidad y más baratos.
Claro
que este superávit en nuestro balance exterior esconde una realidad menos
agradable. Exportamos más de lo que importamos, porque el consumo ha bajado, y
ya se ha terminado la época de comprar por comprar todo lo que viene de fuera.
En los tiempos de las vacas gordas, los españoles que visitaban en masa Nueva
York, eran conocidos por el mote de los "deme
dos", porque todo lo comprábamos de par en par.
Aquella época
de voraz consumismo ha terminado. Ahora,
con la subida de los impuestos y la bajada de los sueldos, la gente solamente
adquiere lo necesario. Por eso el balance comercial es tan positivo. Compramos
lo mínimo, pero a la hora de vender, somos capaces de vender hasta el agua de
los floreros.