No seré yo quien desprecie el
mundo de la moda. Es una industria que genera miles de puestos de trabajo de
forma directa o indirecta. Y también es un arte. En algunos es más que
evidente. En otros casos se vive de las rentas y, por qué no decirlo, de la
estupidez humana elevada a grados superiores.
No hace falta ser un hacha para
darse cuenta. El problema es que parece que nos faltan ciudadanos que desvelen
que el rey está desnudo. La estupidez que rodea este sector no conoce límites. Y lo peor, va in crescendo. Ya me dirán entonces sino por qué
motivo las más prestigiosas revistas dedicadas al sector han optado por usar un
lenguaje incomprensible que, sólo por el hecho de haberse convertido en tendencia
(¿o debería decir trendy?) dan un bofetón de no te menees al castellano. Con el
uso de las redes sociales se ve claramente hasta donde hemos llegado. Ya no
existe gente famosa o popular. Es más, se han cargado a las celebrities. Ahora
son celebs. Incluso algunas son it-girls, ¿en serio? No se dan consejos, se dan tips, el color beige de toda la vida
ahora es nude y la cartera de mano (¡por Dios qué ordinariez!) ahora es un
clutch. No hay pintas (vale, es choni) hay looks. Y lo que uno ha de hacer son musts. ¿No es ideal? Es que por ser memos hasta lo somos para denominar algo que nos da, se supone, publicidad, no tenemos la semana de la moda, ¡tenemos la fashion week! Dicen los expertos en el tema que es para darle más internacionalidad al asunto. Ya. Pues vale. La pobre Cibeles que se ha quedado para colgar la bandera del Real Madrid (¡y menos mal!)
Todo esto no pasaría de ser una
anécdota de no ser porque muchos hombres y mujeres, gracias a la proliferación
de los blogs y el uso masivo de las redes sociales, cuentan con unas potentes
plataformas desde donde sientan cátedra. Y el problema es que sientan una
cátedra terriblemente analfabeta. Estos ojos de servidora han leído blogs,
supuestamente expertos en moda, llenitos de faltas de ortografía tipo "este
verano va ha ser tendencia..." (sin comentarios) Y así en todos los párrafos. Y no están alojados precisamente en blogspot sino en revistas especializadas. Que digo yo que el mismo empeño que le ponen a las fotos y a las modelukis para que salgan ideales de la muerte se lo podrían poner también a un uso correcto del castellano. Por descontado, cuando se ríen no lo hacen al modo castizo con un jajaja, ahora se ríen así: LOL. Versión anglosajona en las redes del partirse la caja de toda la vida.
Por no hablar del ambiente
totalmente desprovisto de los más mínimos conocimientos que se respira si te
das un paseo (pequeño) por la ex pasarela Cibeles (a mí lo de darle el nombre
del patrocinador me marea porque lo mismo el año que viene lo patrocina un
embutido y como que no) ¿qué ha sido de la gente tipo Pedro Mansilla, experto
en moda, sí, pero con un algo detrás? Mansilla te daba una lección de moda y te nombraba la añorada Rive Gauche o te metía en el párrafo una anécdota de Truffaut (lo he escuchado) porque la cultura y el arte siempre están conectados. La hornada que sale no se diferencia de
los tronistas de Hombres, mujeres y viceversa. ¿Y qué les pasa en la boca
cuándo hablan? ¿Han visto el anuncio de Opticalia? ¿Es necesario que la modelo
hable como una teleoperadora de sexo de madrugada? ¿Es eso moda? ¿Y las modelos
desfilando? ¿Están cabreadas? ¿Por qué ponen esos morritos? Quizás para mostrar
algo de carne...porque otra explicación no encuentro.
Será que me estoy haciendo mayor,
que no lo niego, pero es que cada día me parece más ridículo en mundo este que
nos venden. Es todo taaaaaaaan ideal.
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